Continúan cayendo figuras de altos puestos en Williams debido al bajo rendimiento de la estructura en la primera parte de la temporada. El equipo de Grove solo ha sumado cuatro puntos en seis carreras, convirtiéndose el de este año en uno de los peores arranques de su historia en Fórmula 1. Un monoplaza complicado de conducir es el principal motivo del descalabro de Williams, un bajón que no ha hecho más que acentuar lo visto en campañas anteriores.

Esta falta de rendimiento ha motivado la salida de algunas personas clave. Williams perdió a su jefe de diseño a comienzos del mes de mayo y ahora es el director de aerodinámica quien ha decidido abandonar la estructura. Dirk de Beer se incorporó a la escudería británica a principios de 2017 y poco más de un año después se ha confirmado el final de su relación con Williams.

“Williams puede confirmar que Dirk de Beer ha dejado su puesto como jefe de aerodinámica con efecto inmediato. Al equipo le gustaría dar las gracias a Dirk por su duro trabajo durante el año pasado y le desea lo mejor para el futuro. El jefe de ingeniería, Doug McKiernan, quien se incorporó a Williams este año, asumirá la responsabilidad total del diseño y la aerodinámica del monoplaza, con Dave Wheater ascendiendo a jefe de aerodinámica”, comunicó el equipo a través de un comunicado.

La falta de correlación sería una de las mayores dificultades a la hora de extraer el potencial del agresivo concepto del monoplaza, del cual De Beer fue uno de los principales artífices. Williams tiene la urgencia de corregir este problema para intentar salvar los muebles en una temporada donde de momento ocupan la última posición del mundial de constructores, justo por detrás de Sauber. No parece que las soluciones vayan a llegar pronto, sobre todo después de un catastrófico Gran Premio de Mónaco.