Sólo le falta un centímetro para medir cuatro metros de largo, tiene proporciones de monovolumen, un diseño sorprendente pero es un BMW. Lo más llamativo es su curioso diseño en el que lo único que queda de la marca son los dos típicos “riñones” frontales. Lo demás es todo nuevo, desde el sistema de apertura de puertas, con las delanteras “normales” y las traseras inversas, pero teniendo que abrir las delanteras primero, la línea de las ventanillas, con un descenso en las puertas traseras para que los niños tengan una buena visibilidad desde sus sillitas o el enorme diámetro de sus ruedas con muy poco anchura, todo llama la atención en elBMW i3, a los que saben de coches y a los que no entienden absolutamente nada.

La estructura de su carrocería está realizada en polímeros reforzados con fibra de carbono, con subchasis para las suspensiones delantera y trasera en aluminio, en los dos casos independientes, la anterior Mcpherson y la posterior multibrazo. Todos los paneles de la carrocería son plásticos, con lo que se ha conseguido mantener el peso en 1.270 kilogramos, una cifra muy buena si contamos con que en un eléctrico las baterías son un lastre importante. El interior ofrece un espacio sorprendentemente amplio en todas las plazas, con un maletero de 260 litros, no muy grande pero aprovechable por unas formas sin recovecos. El salpicadero, con un diseño rompedor, está presidido por dos tablets, una delante del conductor que proporciona información del vehículo, y otra en la parte central para todos los sistemas adicionales.

En algunas partes del salpicadero y los paneles de las puertas se emplea un material plástico realizado a partir de botellas recicladas. Las diferencias de aspecto entre los acabados básicos del i3 y los más equipados son notables, con unos materiales bastante poco vistosos en el acabado de acceso.

PRESTACIONES CASI DEPORTIVAS

El motor eléctrico proporciona 170 caballos y está situado detrás del asiento trasero izquierdo, mientras que las baterías de ión-litio se sitúan bajo el piso del habitáculo. El resultado es un centro de gravedad muy bajo y un reparto de pesos muy equilibrado. Junto al motor eléctrico queda un hueco reservado para las versiones de autonomía extendida. En este caso un motor de gasolina de dos cilindros y 650 centímetros cúbicos–procedente de una moto BMW- proporciona energía para recargar las baterías, añadiendo una autonomía suplementaria de unos 100 kilómetros cuando se agotan las baterías, gracias a un depósito de sólo nueve litros. Este motor es opcional y su precio es de 4.000 euros.

La autonomía del i3 en condiciones “normales” se sitúa entre 130 y 160 kilómetros, conduciendo con el programa de funcionamiento Confort. Existen otros dos programas, Eco-Pro, que amplía la autonomía otros 20 kilómetros, y Eco-Pro+ que alarga otros 20 kilómetros el rango de utilización, llegando en el mejor de los casos a 200 kilómetros, aunque en este último caso el modo Eco-Pro+ anula el sistema de climatización para ahorrar energía. En cualquier caso para conseguir los 200 kilómetros de autonomía habría que seleccionar desde el principio el modo de conducción Eco-Pro+, ya que no se trata de que automáticamente al cambiar de uno a otro modo la autonomía aumenta.

El tiempo de recarga en un enchufe casero es de ocho horas, pero BMW, al igual que otras marcas con eléctricos, comercializa su propio punto de recarga, un Wallbox -795 euros- que realiza la carga en menos de la mitad de tiempo.

Motor vehicle, Steering part, Mode of transport, Automotive design, Steering wheel, Vehicle audio, Center console, Electronic device, Technology, Automotive mirror, pinterest

Otras de las curiosidades del i3 son sus enormes ruedas. De serie monta llantas de 19 pulgadas con neumáticos 155/70, un perfil muy alto al que ya no estamos acostumbrados en un turismo y sobre todo con unas cubiertas muy estrechas. La razón es que en un eléctrico el par es constante y desde el inicio de la marcha, por lo que los desarrollos de las ruedas (no hay cambio de marchas) no son importantes y de esta forma se consigue un mejor rendimiento y comodidad. Opcionalmente puede llevar llantas de 20 pulgadas pero en ese caso el perfil es 60 y los modelos con la opción de autonomía extendida (motor de gasolina adicional) llevan siempre detrás neumáticos de anchura 175.

Una vez en marcha sorprende la extraordinaria aceleración del i3, 7,2 segundos de 0 a 100 kilómetros/hora. Su agilidad es otro de sus puntos fuertes, con un diámetro de giro de poco más de 9,8 metros y una dirección que sólo exige 2,5 vueltas de un tope a otro. A pesar de su formato de pequeño monovolumen, el i3 se comporta con una agilidad impropia en un vehículo así. Las suspensiones son más bien duras pero sin llegar a ser secas y todo el conjunto transmite una confianza y una rapidez de reacciones que tampoco se esperan en un eléctrico. Y todo ello con un silencio absoluto ya que los sonidos de rodadura proporcionados por sus estrechas ruedas también son casi imperceptibles.

El precio del i3 es de 35.500 euros sin ayudas estatales que varían en función de las autonomías. BMW tiene previstos diferentes paquetes de compra del i3, con financiaciones especiales o de movilidad, por ejemplo, disponer de un vehículo tradicional un determinado número de días al año para las vacaciones o viajes largos.

youtubeView full post on Youtube

Tire, Motor vehicle, Wheel, Automotive design, Mode of transport, Vehicle, Automotive mirror, Car, Automotive exterior, Automotive tire,