El Fiat Freemont incorpora dos novedades en este inicio de 2012, ambas asociadas e inseparables: tracción integral y cambio automático de seis velocidades. Con ello se busca atraer la atención de un cliente que desee un automóvil polivalente, con un diseño diferente y con el plus de seguridad que aporta la tracción 4x4 cuando las condiciones climatológicas se complican.
El mecanismo que dota al Freemont de cuatro ruedas motrices se basa en un sistema electrónico que decide si se pasa potencia a las ruedas traseras o no. En condiciones normales, funciona como un tracción delantera hasta que se detectan pérdidas de motricidad, cuando se envía un máximo del 50% al eje posterior para soliviantar problemas de tracción. Además, actúa en aceleraciones bruscas así como a la hora de afrontar curvas con un radio de giro no muy cerrado.
Esta versión mantiene inalteradas sus dimensiones (4,89 metros de largo, 1,88 de ancho y 1,75 de alto), al igual que ocurre con el maletero, que sigue cubicando entre los 1.461 litros con dos plazas hasta los 145 con los siete asientos de serie desplegados (540 litros con cinco asientos). Eso sí, el peso total se incrementa 150 kilogramos hasta superar las dos toneladas de masa. Las opciones mecánicas serán dos: un Diesel Multijet II de dos litros y 170 caballos (de origen Fiat) y un gasolina Pentastar V6 de 280 caballos de procedencia americana. Nosotros condujimos el primero de ellos por carretera y resultó un motor lo suficientemente lleno en todo su rango de actuación como para mover al Freemont y sus ocupantes. La caja de cambios automática no es tan rápida en su funcionamiento y apreciamos el 4x4 cuando afrontamos las primeras curvas, así que el sistema es realmente útil y eficaz.
Estará a la venta en marzo y aún se desconocen los precios, aunque se prevén por encima de los 32.000 euros. El acabado más equipado Lounge contará de serie con dispositivos como GPS con pantalla de 8,4 pulgadas, cámara de marcha atrás, asientos rematados en cuero, detalles cromados...
