Desde el desaparecido X-Type no había ningún otro modelo en la gama Jaguar con tracción total, unas variantes que en algunos mercados, por sus duras condiciones climatológicas, tienen una especial relevancia. Ahora tanto el XF como el XJ (este último en sus dos variantes de carrocería corta y larga) ofrecen un nuevo sistema desarrollado especialmente para estos modelos.

Exteriormente no hay ninguna diferencia con las variantes de tracción trasera, sólo el logotipo situado en la parte trasera y en el interior tampoco hay ningún dispositivo sobre el que tenga que actual el conductor, ya que su funcionamiento es totalmente automático.

El esquema es básicamente el mismo y consta de un embrague multidisco con un acoplamiento viscoso colocado junto a la caja de cambios que, mediante un control electrónico, se encarga de enviar fuerza hacia el eje delantero y repartir el porcentaje de par que se manda a uno u otro eje. La incorporación de la tracción total ha obligado a realizar cambios en la suspensión delantera, dirección, anclajes del motor y el sistema de escape.

El único motor disponible en los Jaguar AWD es un gasolina V6 de 3.0 litros recién estrenado en la gama. Cuenta con un compresor y una potencia de 340 CV, pero también tiene algunas diferencias entre los modelos de tracción trasera o total, ya que en los AWD el cárter es diferente, para dejar espacio a los nuevos palieres delanteros. También se ha modificado toda la electrónica para modificar la actuación de las ayudas a la conducción con la tracción total.

Tire, Automotive tail & brake light, Automotive design, Mode of transport, Vehicle, Land vehicle, Road, Infrastructure, Car, Automotive lighting, pinterest



En condiciones normales la mayor parte del par la reciben las ruedas traseras, pero las delanteras siempre tienen fuerza, con el fin de hacer las arrancadas y las aceleraciones algo más suaves. El reparto puede variar completamente en función de las condiciones de adherencia. Si se selecciona el modo “winter” siempre se envía algo más de fuerza al eje delantero que en condiciones normales y la respuesta del acelerador es más suave para evitar pérdidas de tracción.

Durante la presentación de los dos modelos en Canadá, en una pista completamente helada y por carreteras nevadas, pudimos comprobar su eficacia, incluso en las más duras condiciones de tracción, en pendiente y arrancando con hielo en las ruedas de un lado y asfalto adherente en las del otro. En estas condiciones no sólo la tracción total trabaja a la perfección sino también todas las ayudas electrónicas. La actuación del ESP es más apreciable que en cualquier otra circunstancia, pero siempre para mantener la trayectoria que marca el volante.

La tracción total suponer un ligero aumento del consumo, de alrededor de 0,2 litros de media y unos 0,5 segundos en aceleración de 0 a 100 km/h en el XF, cifras muy similares a las del XJ. Tanto en el XF como en el XJ la tracción total sólo está disponible en los acabados más altos y supone un sobreprecio de unos 3.400 euros en el XF, mientras que en el XJ la diferencia es de unos 4.500 euros en el de batalla corta y 5.500 en el de batalla larga y en todos los casos siempre con el motor 3.0 V6 gasolina de 340 CV, el único disponible con el sistema AWD.

Conducimos el Jaguar XF 2012: Más terrenal