La tercera entrega de la película Transformers, conocida como “El lado oscuro de la Luna”, depara a los aficionados a los coches una nueva hornada de modelos que se convertirán en Autobots (los buenos) y Decepticons (los malos): autos de la NASCAR armados hasta los dientes, el Ferrari 458 Italia y una gran hornada de modelos de General Motors, como un Chevrolet Corvette especial y el ya popular Bumblebee, un Chevrolet Camaro idéntico al prototipo que ha dado luz a la nueva generación (la quinta). Desde la primera entrega de la saga Transformers en la que una espectacular Megan Fox reparaba un Camaro clásico y luego se montaba junto con Shia LaBeouf en el concept, este dos puertas no ha dejado de crecer en popularidad entre los aficionados y sus ventas así lo reflejan en Estados Unidos, su principal mercado, superiores a las de los todopoderosos Dodge Charger y Ford Mustang, sus grandes rivales. Con este escenario tan favorable, la marca de la cruz dorada, con el tercer film de los robots de telón de fondo, se lanza el pack Transformers Special Edition para el Camaro: por 3.000 dólares, se modifica el aspecto exterior de las versiones 2LT y 2SS (las únicas que aceptan este kit) con parachoques del acabado RS, bandas negras que recorren longitudinalmente al coche, alerón específico y llantas en acabado negro de 20 pulgadas, cuyo centro tienen grabado el logo de los Autobots (presentes también en otras partes de la carrocería).
En el interior, el cuero toma el protagonismo al repartirse por los asientos, los paneles de las puertas y el tapizado de la consola central. En contraste con el negro están los ribetes amarillos de los asientos, un guiño al único color exterior que podrá elegirse.
