El pasado mes de enero una mujer de 33 años que responde a las siglas T.R.M. circulaba por la A-42, la carretera de Toledo en dirección a Leganés cuando se percató de que en su localidad había un control de alcoholemia al que desde luego, ella no estaba dispuesta a someterse.

Nuestra protagonista no se arrugó, cogió su móvil y marcó el único número que a todos nos viene a la memoria en caso de emergencia, el 112. Al habla con los servicios de la comunidad de Madrid, les indicó que había sido testigo de un accidente en esta misma carretera pero en sentido contrario, especificando incluso que había "heridos en estado grave".

La comunicación no tardó en tener consecuencias, incluida la pretendida porque los agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Leganés desmontaron ipso facto el control de alcoholemia para dirigirse al punto kilométrico indicado, junto con los servicios de urgencias médicas disponibles en ese momento. Por supuesto, cuando llegaron al lugar de los hechos, se dieron cuenta de que lo único que habían hecho era un viaje en balde.

No fue así para T.R.M. quien supuestamente, se aprovechó de semejante circunstancia para llegar a su casa sin someterse a prueba de alcoholemia alguna. En ajedrez, estaríamos calificando su jugada de maestra, pero en la vida real, nuestra protagonista no ha tardado en ser identificada y puesta a disposición judicial acusada de un delito de desórdenes públicos por el que se enfrentará a una pena de tres meses de prisión. Ingenioso el remedio, quizá termine siendo peor que la enfermedad. Jaque mate.

Un conductor canario vuelca y se fuga dejando a su acompañante ebria en el coche

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.