A pesar de presentarse como una alternativa real a las marcas premium tanto alemanas como japonesas, Infiniti abandonará definitivamente Europa en 2020. ¿Cuales han sido las causas? ¿qué problemas encontró en el mercado del viejo continente? El consultor Felipe Munoz de Jato Dynamics nos detalle los motivos.
Infiniti llegó a Europa en 2008 cuando el entonces directivo de éxito Carlos Ghosn anunció durante el Salón del Automóvil de Ginebra de aquel año que la marca se expandiría fuera de norteamérica. Esta medida se tomó avalada por el éxito de Infiniti en esta región y por la demanda de automóviles premium al alza que se estaba produciendo en Europa. La oferta inicial incluía el sedán mediano G37, la versión cupé de este y los SUV EX y FX.
Así durante su primer año completo en el mercado europeo, 2009, se vendieron en total 1.344 Infiniti principalmente en Italia, España y Suiza. A media que la marca se expandió por más países las ventas aumentaron hasta las 3.603 unidades en 2011, justo antes de que llegase la crisis a Europa.
Por eso hasta 2014 las ventas no se incrementaron de nuevo, algo que también ocurrió en 2015 y 2016 cuando la marca logró un récord, con unas ventas de 13.700 coches, impulsadas por al lanzamiento del compacto Q30, que además se fabricaba en el Reino Unido. Pero la situación cambió rápidamente en 2018 cuando las ventas disminuyeron a la mitad.
- Brexit: La incertidumbre generada por la salida del Reino Unido de la UE ha generado un impacto negativo en las marcas que fabrican en el país. Infiniti producía el Q30 y el QX30 en su planta de Sunderland, tanto para el mercado local como para exportaciones. De hecho, una vez que el reino Unido abandone la UE es probable que las inversiones se dirijan a otros mercado como Francia, España, Alemania o incluso y más probable, mercados de Europa del Este.
- Competencia: Audi, BMW y Mercedes son las marcas de referencia para los consumidores europeos que buscan automóviles premium y con la llegada de Infiniti estas marcas incluso incrementaron sus ventas.
- Fidelidad a la marca: Los compradores de automóviles premium suelen ser muy leales a una marca y si están satisfechos con su automóvil, no suelen cambiar. Esto complica el éxito de una firma nueva, como le ocurrió a Infiniti.
- Reducción de costes de Nissan: Además de los problemas relacionados con su compleja alianza con Renault, Nissan acusa problemas de rentabilidad que disminuye año tras año, como se ha visto en el primer trimestre de 2019. Sin embargo, esta merma de la rentabilidad es algo común también en otras marcas y se debe a aspectos como las tensiones comerciales internacionales, la desaceleración del mercado chino y los ambiciosos planteados en Europa en los que a CO2 se refiere. A esto se añade la apuesta por la electrificación de las gamas, que supone importantes gastos en I+D.
- Falta de ADN: Uno de los elementos claves de una marca premium es su esencia, su historia, y en este caso Infiniti es una marca joven, dado que nació en los años 80 para el mercado estadounidense y los consumidores europeos solo la conocieron en 2008.
- Diferenciación: ¿Por qué debería un cliente elegir un Infiniti y no un Mercedes o un Audi? Por ejemplo Volvo es una referencia en seguridad, Lexus por sus híbridos, Land Rover por sus SUV, ¿pero Infiniti?
- Gama SUV escasa: En lugar de centrarse en este mercado al alza prefirió apostar por el Q30, que no encajaba demasiado en el segmento, A esto se añadió la veteranía del Q50, con una renovación que llegó tarde, y que el Q70 no cuajó en el mercado por su peculiar diseño En definitiva, los SUV de Infiniti no eran los suficientemente competitivos y no habían sido concebidos para el consumidor europeo.
Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.
