Dentro de unos días, si viajas por Francia y un radar te caza por encima de la velocidad permitida en la vía por la que circulas, no habrá forma de evitar la sanción como ocurría hasta ahora, puesto que automáticamente se abrirá un parte en una base de datos de conductores creada en común por todos los países de la Unión Europea con el fin de evitar que la multa se pierda por trámites burocráticos. Situación idéntica se vivirá en Alemania, en Italia, en Polonia, en Portugal o en Rumanía: cualquier ciudadano de la Unión que circule por cualquiera de los 27 países miembros recibirá su penalización por exceso de velocidad tarde o temprano.

Desde el Consejo de Europa se alega que "el objetivo de esta reglamentación es acabar con la impunidad de la que disfrutan los conductores que infringen las normas de la seguridad vial en otros países de la Unión distinto del suyo". Los datos que manejan para promover esta medida es que cada estado miembro tiene un 5% de conductores extranjeros en sus carreteras que representan cerca del 15% de las infracciones por exceso de velocidad.

Para llevar a cabo la medida, se creará un sistema electrónico de intercambio de información (en España, la Dirección General de Tráfico será el organismo que gestionará el programa) con el que las autoridades correspondientes podrán identificar al conductor y al vehículo. Pero además de multas por exceso de velocidad, se controlarán, las de alcoholemia, las de consumo de drogas y las de uso indebido del teléfono móvil (las únicas que se escapan del control son las de aparcamiento). La cosa no acaba ahí, puesto que al desembolso monetario habrá que sumar la correspondiente pérdida de puntos del carné, puesto que también quedarán registrados en la base de datos.