La población a nivel mundial envejece y más en los países desarrollados, principales mercados para los fabricantes de automóviles. Se pierden reflejos, capacidad auditiva y campo de visión. Éstos son sólo una pequeña muestra de los síntomas que sufren millones de conductores que han superado la barrera de los 60 años. Así que con ese panorama, Toyota propone varios avances que ayudarán a los conductores en general y, en especial, a los de avanzada edad: faros adaptables con antideslumbramiento, sistema de precolisión PCS y capó activo con elevación.

El primero de ellos es similar al AFL+ de Opel, que detecta, por un lado, automáticamente las condiciones de visibilidad y, por otro, si en sentido contrario circula otro coche. Así, se cambia de forma autónoma de cortas a largas y viceversa en apenas unos milisegundos (se evitan deslumbramientos por la falta de reacción para cambiar de un tipo de luz a otra). El segundo, el PCS, combina varios sensores repartidos por todo el coche junto con un radar de ondas milimétricas y cámaras estetoscópicas que detectan en todo momento lo que hay delante del parachoques (personas, animales, otro coche…), con lo que el ordenador que gestiona todos los parámetros que recibe de todos estos elementos decide si actúa en la seguridad del coche o no (acerca las pastillas de freno a los discos o tensa el cinturón de seguridad). El tercero, a través de una pequeña carga pirotécnica, eleva el capó en caso de atropello de un peatón para que éste amortigüe su cuerpo y no sufra lesiones de gravedad o, en los casos más extremos, fallezca.

Junto con todos estos dispositivos, Toyota ha presentado un avisador de respuesta en caso de parada cardíaca del conductor y un detector de cambio de carril involuntario (una señal se activa cuando la trayectoria cambia y no se activan los intermitentes).

Balance GP de Europa F1 2012 - equipo HRT