Quizá sea porque los 57 y 62, los dos únicos modelos que Maybach comercializa, se parecen demasiado al Clase S de Mercedes, o porque sus precios son superiores a los de su inmediata competencia (de media, 550.000 euros, frente a los 220.000 euros de un ‘corto’ Bentley Continental Flying Spur o los 520.000 euros de un Rolls-Royce Phantom) o simplemente porque Daimler no ha sabido vender un mundo de lujo y excentricidad contenida, lo cierto es que el final de Maybach es un hecho que se producirá en 2013. Y es que el departamento de marketing preveía unas ventas anuales de 2.000 unidades, la mitad directamente en Norteamérica, estadísticas que nunca se llegaron a cumplir ni en los años de bonanza económica (el año pasado, con la crisis de fondo, apenas se entregaron 200 unidades).

Los 150 empleados que ensamblan de forma artesanal los Maybach serán recolocados en diferentes departamentos de la cadena de producción del próximo Clase S, que contará con diferentes variantes (existen diferentes prototipos que están rodando por diferentes zonas del mundo para poner a prueba la mecánica) que se lanzarán progresivamente desde finales de 2012.

Balance GP de Estados Unidos F1 2013 - equipo Marussia