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Una de las máximas tradicionales en Estados Unidos, respaldada además por su código de leyes, es garantizar que la competencia entre empresas sea lo más sana y justa posible. Algo que no siempre se cumple, sobre todo en sectores como el de la tecnología punta, donde las multimillonarias demandas a este respecto vuelan de una compañía a otra.
En esta ocasión, Apple se enfrenta a una demanda por prácticas contra la competencia, registrada de oficio por el propio Departamento de Justicia del país. Y la razón tiene mucho que ver con los planes que los de Cupertino guardan para CarPlay, su plataforma de conectividad en el automóvil.
Un futuro que empieza a nublarse
Como ya hemos contado tiempo atrás, Apple quiere que CarPlay deje de limitarse a la pantalla del sistema multimedia para pasar a ocupar, también, el panel de instrumentos y tomar información de prácticamente todos los sistemas del coche, superponiendo sus propias interfaces sobre las originales del fabricante.
Un planteamiento que, según sostiene el Departamento de Justicia en su auto, "fuerza a los usuarios a asumir una experiencia de conducción centrada en el iPhone si desean utilizar cualquiera de las características que ofrece CarPlay". Y prosigue: "Apple se sirve de la base de usuarios de iPhone para ejercer un mayor poder sobre sus socios comerciales en innovación, incluyendo a los fabricantes de automóviles americanos. [...] Apple se asegura la dominancia del iPhone evitando el desarrollo de otras tecnologías de intermediación que interactúan con el teléfono pero se ubican fuera de él".
En suma, desde el punto de vista de la justicia estadounidense todo lo anterior constituye "una actitud extensiva, sostenida e ilegal" amparada en la presencia dominante del iPhone en el mercado estadounidense, donde siete de cada diez terminales pertenecen a Apple, según estimaciones de la propia marca.
Por el momento, tal y como informa Associated Press, Apple considera que esta demanda es "incorrecta de pleno derecho". No obstante, son varios ya los nubarrones de la polémica que se ciernen sobre el controvertido futuro de CarPlay, el cual tampoco parece agradar a todos los constructores: El CEO de Mercedes-Benz se negó en redondo a adoptarlo, General Motors lo desterrará pronto de sus modelos y, en la otra cara de la moneda, Porsche y Aston Martin sueñan despiertos con salpicaderos enteros a lo Apple.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
