El preparador japonés DAMD continúa convencido de que una proporción del público mayor de la que pensamos -por lo menos en Japón- no aprecia el diseño exterior del Toyota GT86. En 2013 demostró con el kit de pseudotransformación en Lexus LFA que su corrección estética trascendía los típicos apéndices aerodinámicos.
Este año ha creado otro atuendo para el deportivo nipón con el que DAMD osa asemejarlo a un modelo que ni siquiera se vincula a Toyota. La marca diseñó el GT86 con guiños al 2000 GT, pero el preparador atisba un parecido mayor con el Aston Martin Vantage. Este conjunto de accesorios lo reafirmará y le dará ese toque británico que, aparentemente, necesitaba este Toyota.
A DAMD hay que concederle que se ha fijado en la mayoría de características para elaborar el 86 Vantage. Se observan la particular parrilla hexagonal, los bordes cromados de las ventanillas, el paragolpes trasero a imitación de los que montan el V12 Vantage y los V8 Vantage más recientes, etc. Incluso ha reemplazado el emblema GT86 lateral por la tradicional toma de aire atravesada por un listón que lucen los Aston Martin.
La impresión visual del habitáculo refleja una mayor discordancia con el Vantage, pero no le falta originalidad. Guarnecidos y tapicería de piel, una nueva pantalla para el salpicadero y ribetes cromados rodeando las salidas de aire intentan conferirle el glamour de los bólidos británicos.
Enmascarar un GT86 para que parezca un Aston Martin Vantage cuesta 3.653 euros. Una ganga comparado con lo 38.000 euros que costaba un Cygnet, el anterior intento de camuflar un Toyota de esta guisa. Además, DAMD no exige poseer un Aston Martin para adquirir su paquete de componentes. Suena bien y todo...
