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Todavía no se sabe cómo, pero la cuestión es que un Audi Quattro Turbo de 1982 ha aparecido en un viejo garaje tras permanecer un largo tiempo fuera de juego. Toda una joya sobre ruedas que no ha pasado por su mejor momento ya que solo basta ver las imágenes que acompañan estas líneas para darse cuenta del importante deterioro que sufren algunos de sus componentes mecánicos, aunque con unas cuantas horas de duro trabajo y los cuidados necesarios podría volver a disfrutar de la carretera.
Tres décadas en el olvido
No sabemos qué hará con esta máquina la persona ganadora de la subasta que está tenido lugar desde hace unos días y que concluirá durante la tarde de hoy. Quizás decida vender algunas de sus piezas mejor conservadas o, por el contrario, someterlo a una adecuada restauración con la que eliminar todo el óxido que presenta y darle una alegría a su motor turboalimentado de cinco cilindros en línea. Por ahora no funciona, pero quien sabe si con los mimos necesarios vuelve a rugir como lo hacía antes de que cayera en el olvido hace nada menos que 30 años.
El coche ha sido descubierto recientemente por los chicos del canal de YouTube ‘The Late Brake Show’, quienes se encargaron de desenterrarlo de un viejo garaje escocés en el que fue encerrado allá por 1994. A pesar de los años, el Audi conserva sus llantas de aleación Fuchs originales, las cuales combinan a la perfección con la tonalidad blanca de la carrocería. No obstante, este coche viene acompañado de un kit de carrocería del mercado de accesorios cuyo origen es desconocido. Tal vez el futuro propietario decida prescindir de los componentes que lo forman y tratar de recuperar las piezas originales para así aumentar el valor del vehículo.
No funciona
De puertas para dentro, se puede observar cómo el interior ha logrado escapar de daños importantes con el paso de estas tres últimas décadas, aunque hay algunos signos de desgaste. Dicho esto, dado que ha estado fuera del sol durante décadas, el salpicadero y los asientos están en buenas condiciones. En cuanto al estilo, es probable que no sea del agrado de muchos, ya que usa un terciopelo de cebra para cubrir los asientos y los paneles de las puertas. No hay radio, quien sabe dónde acabó, pero sí unos altavoces Alpine.
Bajo el capó se encuentra una mecánica turboalimentada que, como decíamos al comienzo, no funciona. El propulsor de 2.2 litros ha vivido días mejores, aunque parece recuperable y su uso durante su vida útil no ha sido muy intenso ya que presenta un total de 93.476 millas, es decir, ha recorrido 150.435 kilómetros durante todo este tiempo. Car and Classic es la entidad encargada de encontrarle nuevo dueño y la puja actual es de 9.300 libras.
