A Ecclestone le duele que algunos circuitos desaparezcan del mundial. No por su tradición o historia, sino porque le afectan directamente al bolsillo. Es el caso del Istambul Park, en Turquía. Una carrera que ha registrado mínimos históricos de público y donde año tras año no se alcanza el espectáculo deseado en la pista. Tanto que el alcalde de Estambul, Kadir Topbas, asegura al periódico Zaman: “No ha sido un acontecimiento rentable”, advierte para anunciar su intención de dejar de organizar carreras de Fórmula 1.

Ecclestone controla los derechos de gestión del autódromo, bien valorado por los pilotos pero que ha fracasado en la ardua tarea de calar entre el público local. “Son necesarias grandes sumas de dinero para que este sistema funcione. Desgraciadamente, hubo un problema: los turcos no han dado el reconocimiento a las carreras”, concluye Kadir.

Pero Ecclestone sigue enamorado de su circuito, que consideró en su momento como “el mejor del mundo”, al tiempo que se mostraba satisfecho por llevar su deporte fuera de Europa a países exóticos. Ahora se siente decepcionado, pero no rendido: “La carrera atrae a mucha gente, da publicidad y comercio a la ciudad. Estoy decepcionado, pero espero que podamos trabajar en un acuerdo”.