"Me gustaría pensar que soy capaz de dar el salto a un equipo grande, pero no me estoy dejando llevar", confesaba Paul Di Resta al diario británico The Telegraph tras la carrera del domingo. "Cuando sea el momento adecuado, quizás alguien avance y me de a mí la oportunidad de hacerlo también. Quiero estar en un monoplaza que gane carreras cada semana", añadía.

El ganador del DTM en 2010 tiene una estrecha relación con Mercedes, equipo con el que ganó dicho campeonato, que ha jugado un gran papel en su formación y que suministra motores a su actual escudería, Force India. De ahí, que Di Resta esté relacionado con las flechas plateadas o con la mejor pareja de baile del motorista alemán, Mclaren.

"He trabajado con muchos fabricantes antes y hay una gran diferencia. Pero mi lealtad se debe aquí –Force India- por el momento, así que seguiré centrado en el trabajo que tenemos entre manos".

Para conseguir un buen puesto de cara al próximo año, el piloto de 26 años rompió lazos recientemente con el que era su mánager, Anthony Hamilton –padre de Lewis- y ahora está bajo la tutela del hombre que maneja el presente y futuro de Jenson Button, Richard Goddard. El escocés admite que todas las especulaciones sobre su futuro no hacen más que complicar cualquier tipo de negociación.

"Esto es lo que es. Es una posición difícil para estar pero tengo gente que se cuida de estos temas por mí. Estoy más feliz que nunca con todo lo que me está ocurriendo. Siento como si las cosas estuviesen encajando y ojalá que siga así".

Estas declaraciones llegan unos días después de que su actual jefe de equipo, Vijay Mallya, confirmase que sus dos pilotos tenían contrato para el año que viene y que, por tanto, no se moverían del equipo. Así, acallaba los rumores provocados por su director adjunto en Force India, Bob Fernley, tras decir que no querían forzar a sus hombres a quedarse si no era su deseo y que si llegaba una oferta de alguno de los cuatro grandes, la escucharían.