La próxima temporada del mundial de F1 marcará el inicio de una nueva era, con los motores turbo de 1.6 litros como principales protagonistas, entre los demás componentes de la mecánica que obligarán a hacer referencia a su conjunto como unidades de propulsión más que como motores en sí. Esto supone un cambio significativo en la materia, del cual no todos están convencidos.

Gerhard Berger ha dudado sobre los cambios que tendrán lugar próximamente. El ex piloto de Ferrari, Benneton y McLaren ha afirmado que esta reducción en la potencia de los propulsores no es acertada, ya que no incrementa el interés del aficionado por la competición y no dejar ver con claridad la diferencia en cuanto a talento que existe entre los pilotos de la actual parrilla.

"Los fans deberían verlo y decir: yo eso no lo podría hacer. Como ocurre con MotoGP. Me dicen que 650 o 750 caballos de potencia no son bastantes para un Fórmula 1. Si le sumamos una aerodinámica perfecta, las enormes escapatorias y las ayudas electrónicas, ahora los buenos no son tan diferentes de aquellos que no lo son tanto", ha señalado el austríaco en Auto Motor und Sport.

Por ello, Berger ha defendido el regreso de los motores de gran potencia de antaño, los cuales rondaban los 1.000 CV. Estos, además, no pondrían en peligro la integridad de los conductores, ya que hoy día se cuentan con elementos suficientes para garantizarla, según ha asegurado el excorredor.

"En mis tiempos, cuando hacías una vuelta perfecta de clasificación eras un segundo más rápido que tu compañero. Y eso era porque ibas en una bala de cañón. La seguridad es lo primero, y está bien que sea así, pero los coches y los circuitos son increíblemente seguros. Creo que podríamos volver a tener motores de 1000 caballos".

Por último, el que fuera compañero de Ayrton Senna ha manifestado que el sistema de doble puntuación de cara a la última carrera del año "carece de sentido". Berger ha explicado que esta medida podría deberse a un cambio de mentalidad en la FIA, el cual también se refleja en la nueva competición de coches eléctricos, la Fórmula E, campeonato en el cual ha rechazado participar.

"Podría ser. Me dijeron si quería participar en la Fórmula E, pero lo rechacé. No es mi tipo de carreras. Yo provengo de una generación que sentía orgullo por su coche. Le ponías neumáticos más anchos, ajustabas el motor y le acoplabas un alerón grande. Ahora los coches modernos son tan perfectos que empeoran si intentas cambiarlos", finalizó.