El gran reto de Lewis

El polvo negro esparciéndose tras la explosión del disco de freno del Mercedes de Lewis Hamilton le mandaba el sábado contra las protecciones, y a la decimoquinta posición en la parrilla el domingo. Para más inri, el cambio de su caja de cambios le costaba cinco posiciones más. El resultado final: vigésimo. Un desastre. "Cuando uno está sentado prácticamente en la última posición de la parrilla, sin nadie en los retrovisores, es muy difícil imaginar que uno puede acabar arriba dos horas más tarde", aseguró Lewis. El inglés era consciente de que la carrera iba a ser más difícil con Nico Rosberg en la primera posición. "Preferiría haber luchado con Lewis por la ‘pole’", aseguraba su compañero de equipo el sábado. Cierto o no, la carrera se presentaba para el alemán como un bonito día ante sus compatriotas. Unos compatriotas que, sin embargo, dejaron vacíos demasiados asientos en las gradas. La afluencia de público fue realmente decepcionante. Pero no así la actuación del hijo de Keke Rosberg, que consiguió ganar la carrera fácilmente, aumentando su ventaja como líder provisional del mundial de pilotos a catorce puntos.

Hamilton: "Ha sido fácil"

La táctica de Hamilton estaba clara desde que se apagaron las luces rojas del semáforo: adelantar a base de exprimir sus neumáticos blandos. Sus adelantamientos fueron otra gran demostración de un pilotaje arriesgado pero maduro, espectacular pero efectivo, rápido pero sereno. Esas luchas al límite, ese concepto del automovilismo-espectáculo, esa pasión por ganar posiciones hizo al público levantarse de sus posiciones. Aunque el propio piloto parece quitarle importancia a su pilotaje, y cree que su coche ha tenido gran parte de responsabilidad: "Para ser sincero", reconocía tras la carrera, "ha sido algo fácil. Tengo que agradecerle al equipo brindarme un coche como este. Me quito el sombrero ante ellos, que han podido construir una máquina con este rendimiento".

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Magnussen: "No tenía lugar donde meterme"

La carrera comenzó con el espectacular accidente de Felipe Massa en la primera curva. El incidente se inició cuando Felipe se emparejó con su compañero de equipo llegando a la primera curva. Al frenar y quedarse detrás de Bottas, Kevin Magnussen intentó ganarle el interior. El McLaren se emparejó, pero el Massa obvió su presencia y se cerró completamente sobre el vértice. Kevin no pudo volatilizarse, así que el choque fue inevitable. Para mayor desgracia del mayor afectado, las ruedas se tocaron con el consiguiente y clásico efecto de catapulta, lo que hizo que el blanco Williams acabara bocabajo sobre la escapatoria asfaltada, deslizándose y echando chispas, hasta que las ruedas se clavaron en el suelo y el bólido dio la vuelta para recuperar su posición correcta. Massa se mostró muy disgustado: "Al entrar en la primera curva estaba muy cerca de Valteri, pero tuve que frenar para evitar un accidente. Desgraciadamente otros no hacen lo mismo", declaró insinuando la culpabilidad de Magnussen. Pero Kevin se defiende: "Si hubiera tenido algún lugar adonde ir, no habríamos chocado". Magnussen se libró con sólo un trompo e, increíblemente, pudo continuar su carrera mientras. Por detrás, ambos RBR se habían emparejado en la recta, imposibilitando a Fernando Alonso colarse por delante. Pero al llegar a la primera curva y toparse con el incidente de Kevin y Felipe, Daniel tuvo que salirse por la escapatoria asfaltada para esquivarlos. Lo hizo por los pelos, e incluso tuvo que pisar parte de la arena. El español aprovechó para ponerse cuarto, justo detrás de Vettel. Poco tardó el coche de seguridad en aparecer en la pista para calmar los ánimos.

Comienzan las remontadas

Tras la reanudación de la prueba, Bottas defendía su trabajada segunda posición, seguido de Vettel, Alonso y Hülkenberg, que se enfrentaba duramente con Button. Hamilton y Ricciardo empezaron sus respectivas remontadas bajo amenazantes nubes que, finalmente, no descargaron agua alguna. En la séptima vuelta, Ricciardo adelantó a Sutil en la horquilla para hacerse con la undécima posición. Hamilton, que iba justo por detrás, intentó lo propio. Sutil no se esperaba dos adelantamientos tan seguidos, y se cerró sobre el Mercedes hasta llegar a rozarlo. Ricciardo y Hamilton iniciaron su bonito duelo que les llevó a alcanzar al Ferrari de Räikkönen. Peor fue el duelo entre Daniil Kvyat y Sergio Pérez por la séptima posición. El ruso intentó sobrepasar al Force India en la octava curva por el exterior, pero se cerró demasiado sobre el mexicano, que no pudo evitar el toque. Sergio podía continuar la prueba sin perder su posición, mientras que Daniil arruinaba su carrera y caía nada más y nada menos que al vigésimo lugar. Poco tardaría en abandonar la carrera en un aparatoso incendio.

Huracán Hamilton

La llegada a la horquilla en la undécima vuelta de Pérez, Räikkönen, Ricciardo, Hamilton y Vergne fue otro de los momentos más espectaculares de la carrera. Hamilton y Ricciardo se emparejaron mientras acosaban a Kimi, pero mantuvieron las posiciones. Sólo unos metros más adelante, Daniel se deshacía fácilmente del Ferrari y dejaba el asunto en manos de Lewis. Hamilton se decidía con un muy arriesgado interior a Kimi en la undécima curva, Mobil 1, la entrada al Motodrom. Ambos bólidos continuaron emparejados a toda velocidad hasta Sachs, una de las zonas míticas del mítico circuito, donde Kimi bloqueó frenos para mantener magistralmente su posición. El ataque definitivo llegó dos vueltas más tarde, cuando el inglés exprimió los frenos de su bólido, de nuevo en la horquilla, y adelantó de una sola tajada a Kimi y Daniel. Hamilton bloqueó sus frenos y, con el volante girado, sufrió un gran subviraje que le llevó a impactar contra el Ferrari de Kimi, del que saltó una pequeña parte de su alerón delantero. Un espectacular doble adelantamiento que le colocó octavo, séptimo con la parada de Alonso. Pérez no le duró ni una vuelta. Después de catorce giros, Hamilton había remontado quince posiciones.

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Gasolina y adrenalina

Alonso adelantó ligeramente su primera parada en la decimotercera vuelta para tratar de ganarle la posición a Vettel. Pero Vettel paró en la vuelta decimoquinta y se reincorporó justo por delante de él. Ambos se emparejaron llegando a la segunda curva, pero Vettel logró conservar su posición, justo por detrás de Kimi, que todavía no había parado. La verdadera acción estaba a punto de producirse: de nuevo en la archifamosa horquilla, Alonso intentó adelantar por el exterior, mientras que Vettel se tiró al interior. En medio, Räikkönen que, sin comerlo ni beberlo, se vio envuelto en una lucha atroz. Él fue el peor parado, pues ambos le adelantaron haciéndole un emparedado en plena frenada. La rueda trasera izquierda del RBR se tocó con la delantera derecha del Ferrari de Kimi. Su alerón delantero, de nuevo, resultó ligeramente dañado. El humo de la goma quemada, de las ruedas tocándose, era una prueba de que las luchas eran reales, al límite, cargadas de gasolina y adrenalina a partes iguales, fruto de unos deportistas esforzándose hasta la extenuación física y psíquica. En esta ocasión, el lance se saldó afortunadamente sin accidentes, con Vettel acosado por Alonso y un Kimi que volvía a perderse en el pelotón de carrera.

Button y Hamilton se ven las caras

Mientras Rosberg paraba en la vuelta decimosexta sin perder su primera posición, la expectación se centraba en las luchas por detrás de él. Las posiciones en el pelotón se intercambiaban, mientras Bottas paraba para cambiar sus neumáticos y perdía su segunda posición a manos de Lewis Hamilton. Pero poco después era el inglés quien se detenía, y el finlandés volvía a ser segundo. Williams demostraba su competitividad con el único representante sobre la pista. Hamilton volvía a su recital de adelantamientos, y en uno de ellos, en la vuelta trigésima, se tocaba con su excompañero, Jenson Button. "Fue un incidente desafortunado", declaró Lewis. "Este año ha sido todo un caballero, pero esta vez ha sido un malentendido. Yo estaba demasiado lejos para intentar pasarlo, pero yo iba por el interior. Parecía que él se había abierto y, de repente, se cerró. Quizá no me vio". Tras la descarga de fibra de carbono consiguiente en forma de cachitos de alerón esparcidos por la pista, Hamilton sintió que su monoplaza estaba ligeramente dañado: "Perdí un poco de carga aerodinámica. Es me complicó cuidar los neumáticos delanteros". Por su parte, Button no se sintió responsable de dichos daños: "Me sorprendió sentir el golpe con Hamilton. Muchos pilotos se abren en esa curva para salir mejor; quizá Lewis creía que le estaba dejando pasar, pero ¿por qué iba a hacerlo? Estamos compitiendo". Sólo una vuelta más tarde, Hamilton repitió la maniobra en el mismo lugar, pero esta vez con más limpieza y eficacia.

Ferrari yerra la estrategia

En la vuelta trigésima quinta, Vettel volvía a boxes y, a su salida, volvía a encontrarse con el Ferrari de Fernando Alonso. El RBR, con ruedas blandas, se enfrentaba al bólido rojo, con gomas duras. El duelo terminó a favor del español, que luego tuvo que resistir los envites del Red Bull a sus espaldas. Vettel, incapaz de deshacerse en la pista de Alonso, paró diez vueltas más tarde. El español aguantó en la pista más vueltas para retrasar lo máximo posible el tener que montar las últimas gomas blandas, las que usó en la clasificatoria, que ya estaban usadas, y no podrían durar muchos giros. El objetivo era mantener la posición sobre Vettel cuando le tocara hacer la última parada. Una última parada que llegó a once vueltas del final de la carrera. Pero tampoco le valió para ganarle a Vettel. RBR ganaba en la estrategia y Vettel se aseguraba la cuarta posición final.

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Ricciardo y Alonso; el último gran duelo

Alonso tenía que intentar adelantar a Ricciardo para conseguir, al menos, la quinta. El duelo fue uno de los más vistosos de la última parte de la carrera, por su intensidad y por su duración: el australiano defendió magníficamente los continuos ataques del español, e incluso le devolvió varios adelantamientos. Pero finalmente Fernando pudo con él tras un apasionante tira y afloja, con los coches derrapando, emparejándose y sobrepasándose mutuamente en varias ocasiones. Dos grandes magos del volante dando lecciones de deportividad y automovilismo. Alonso, quinto; Ricciardo, sexto. Posiciones que pudieron cambiar en el último momento, pues en los últimos compases Daniel se convirtió en depredador y mantuvo el acoso a Fernando hasta la misma línea de meta, que atravesó sólo 82 milésimas después del Ferrari.

Rosberg, la primera delante de su afición

Delante, Hamilton no pudo culminar su gran remontada adelantando a Bottas, al que acosó hasta el final, pero su tercer escalón del podio, sin duda, fue igualmente meritorio: "Ha sido un fin de semana difícil", comenta Hamilton. "He perdido puntos respecto a Nico, pero afortunadamente he podido limitar los daños". De esta manera, Nico Rosberg ganó una carrera predestinada, por primera vez delante de su afición, y quizá fue quien menos minutos televisivos protagonizó. Eso es una buena muestra de que su pilotaje fue perfecto, sin sobresaltos, impecable, con la cabeza e inteligencia de un campeón del mundo en ciernes. Hockenheimring y todos los pilotos nos han vuelto a ofrecernos un gran episodio de un mundial apasionante. Un mundial lleno de duelos y luchas que dan sentido al automovilismo, que dan sentido a nuestra pasión. Una pasión que se mantiene durante esta semana para volver a lo más alto dentro de sólo siete días en Hungaroring. Allí estaremos.

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