No estábamos acostumbrados a escuchar las palabras de Fernando Alonso antes de que terminase un Gran Premio, pero hoy ha vuelto a suceder, el bicampeón español ha abandonado en la vuelta 29 de la carrera de Monza, la de casa para Ferrari y los ferraristas, y ha renunciado así a una posición cómodamente entre los puntos. Un problema del sistema de recuperación de energía ERS ha causado este forfait, que además termina con una racha de 29 carreras consecutivas finalizadas para el astro ferrarista, cerca del récord de 33 que ostenta Kimi Räikkönen entre Australia 2012 y Hungría 2013.

Alonso se ha bajado del coche al final de la recta de meta, y ha paseado hasta la zona de boxes sin quitarse el casco, síntoma habitual de enfado. Sin embargo, unos pocos minutos le han bastado para mantener una actitud totalmente calmada y profesional una vez se ha puesto ante los micrófonos de las televisiones; la madurez del piloto y lo poco que se disputan deportivamente este año tanto él como su equipo le habrán ayudado a firmar autógrafos y lucir ante las cámaras con una sonrisa prístina.

Así ha explicado Alonso lo sucedido hoy: "Creo que hemos tenido un problema con el sistema ERS, que ha perdido temperatura, o el agua, o algo me han explicado, así por encima, y dejó de funcionar. Una de las funciones que tiene [este sistema] es importante también para el motor normal y había que apagar el coche porque si no rompíamos los dos motores", ha dicho.

Fernando tenía esperanzas de terminar entre los seis primeros clasificados de no haber sufrido la avería en su monoplaza, a pesar que el F14T no ha podido luchar contra sus rivales más directos en casi ningún momento de la carrera: "El coche iba bien, creo que podríamos haber hecho... no sé qué posición pero quizás entre los seis primeros. Después de salir del pitstop detrás de todo tráfico decidimos levantar el pie, ponernos a tres o cuatro segundos del coche de delante para salvar los neumáticos y así en las últimas diez vueltas tener los neumáticos a tope. No sé cómo hubiese acabado, pero seguramente era una carrera difícil, de grupo, y éramos los últimos de cada grupo, que es por tanto peor aún", ha explicado el ferrarista.

Alonso ha sido capaz incluso de encontrar un lado positivo a su abandono, que termina con su racha de fiabilidad mecánica: "He tenido mucha suerte de acabar todas las carreras y bueno, aquí ha llegado una avería. Mejor que llegue este año, que no luchamos por cosas importantes y bueno, intentando ganar seguridad".

Por último, ha dedicado algunas palabras a las decenas de miles de aficionados que han poblado las tribunas del Autodromo Nazionale, a quienes no ha podido complacer como deseaba: "Te molesta por ellos, te entristece por ellos. Nosotros no es que tengamos expectativas muy altas en cada carrera pero bueno, cuando llegas aquí a Italia y ves a toda la gente apoyando a Ferrari piensas 'ojalá sea una buena carrera', no tanto por nosotros sino por ellos. Abandonar justo aquí te da rabia pero bueno, por desgracia son cosas que no pudimos controlar y como digo, hay que estar en la siguiente y a ver qué pasa", ha rematado Alonso.