Marcus Ericsson ha descrito su fin de semana de Gran Premio en Malasia como un gran paso adelante en lo personal, a pesar de que no pudo terminar esta prueba. El piloto de Sauber estaba teniendo el fin de semana más fuerte de su carrera en la F1 en Sepang, pues había terminado cada una de las tres sesiones de entrenamientos en el top 10.

El sueco, que hizo su debut con Caterham año pasado, continuó su buena forma de entrar en la Q3 con el décimo mejor tiempo, y comenzó noveno tras la penalización a Romain Grosjean.

Sin embargo, tras superar a Max Verstappen por el octavo puesto, el piloto de Sauber frenó demasiado tarde en la curva 1 al inicio de la cuarta vuelta al intentar atrapar Nico Hulkenberg y se salió, dejando su coche clavado en la grava.

"Creo que sólo frene una fracción de segundo más tarde y cuando empecé a girar el coche, en lugar de agarrarse, la parte trasera del coche sólo quería irse", ha dicho Ericsson a Autosport.

"Es una de esas cosas que, si frenas unos segundos antes o unos pocos segundos más tarde, esa puede ser la diferencia entre ser un héroe o irte fuera. Es muy frustrante pero se aprende de ello", ha apuntado.

A pesar del error en la carrera, Ericsson fue apoyado por su estado de forma durante el resto del fin de semana.

"Echando la vista hacia atrás, al fin de semana, me voy muy contento porque he demostrado un ritmo muy fuerte", ha comentado. "He estado en los 10 primeros puestos de cada sesión y en general me sentí muy fuerte. Me he sentido competitivo en el coche, así que es un gran avance para mí. Pero te vas con una sensación frustrante porque estoy seguro de que podríamos haber estado luchando por el séptimo y octavo con Toro Rosso. Teníamos el ritmo para hacer eso. Pero después de un par de días, seré más fuerte, pues he mostrado algo de potencial", ha concluido.