Las altas temperaturas, la gestión de los neumáticos y la concentración se convierten en los factores decisivos en el Hungaroring. De hecho, al llegar a Hungría, los pilotos se han encontrado con temperaturas que superan los 30ºC y que, con total seguridad, tendrán que tener en cuenta este fin de semana. Por si fuera poco, la lluvia también podría ser otro de los factores a tener en cuenta, ya que hay alguna probabilidad de precipitaciones para las sesiones del viernes y para antes de la carrera.

"En Budapest nos solemos encontrar con temperaturas altas y este factor se debe tener en cuenta porque provoca un sobrecalentamiento excesivo de los neumáticos. Es un circuito exigente porque la superficie de la pista es bastante desigual y hay muchas curvas enlazadas. Por ejemplo, el segundo sector hay muchas curvas que se suceden una tras otra, empezando por la cinco y acabando por la 12 sin frenar, tan solo en la chicane", relata Esteban Gutiérrez.

Por supuesto que son aspectos que hay que tener en cuenta, pero los pilotos ya actúan de forma intuitiva. Sin embrago, los ingenieros tendrán auténticos dolores de cabeza para controlar la temperatura, sobre todo, de los neumáticos. "Mientras estás pilotando sólo tienes que pensar en cómo tomar las curvas, pero también debes asegurarte de no sobrecalentar las ruedas demasiado, sino el resto del circuito se convierte en una auténtica pesadilla", advierte el mexicano.

Además de los factores que se encontrarán dentro de la pista, el Gran Premio de Hungría será una carrera emotiva por el recuerdo de Jules Bianchi, pero Budapest siempre nos ofrece carreras especiales porque cierra la primera parte de la temporada y anuncia el parón veraniego que todos los pilotos desean. "Es un circuito que me gusta mucho, en el que he ganado bastante en otras categorías. Cuando venimos a Budapest también sabemos que el último Gran Premio antes del parón veraniego y, normalmente, hay un ambiente positivo", concluye.