La primera parte de la temporada se cerró de una manera muy positiva para la marca francesa, ya que fueron capaces de terminar la carrera de Hungría con tres monoplazas ubicados en el top 4. Sólo el problema en el turbo de Sainz evito que pudieran haber obtenido un mejor resultado, pero, en cualquier caso, fue una gran manera de finalizar una más que complicada, exigente y dura primera parte de la temporada, plagada de problemas e incidencias.

Tras un parón estival que ha servido para trabajar en las fábricas, Renault se encuentra preparado para afrontar la prueba del GP de Bélgica, un verdadero test como reconoce Taffin, director de operaciones “Hemos estado extremadamente ocupados en las últimas cuatro semanas, desde el GP de Hungría. A diferencia de los equipos, que han tenido cerradas sus fábricas, hemos estado trabajando en el parón invernal para continuar nuestro programa de desarrollo. Las dynos han trabajado de manera normal y hemos realizado importantes trabajos de rendimiento para el resto de temporada y para la próxima temporada, con buenos resultados. Al mismo tiempo, hemos estado preparando la carrera de Bélgica, que presenta el test más duro de la temporada para las unidades de potencia. El periodo de aceleración es tan grande como Monza, pero las curvas, cambios de altitud y la longitud incrementan la dificultad", destaca Taffin.

Es consciente de la dificultad que se enfrenta en las próximas carreras, pero confía en su potencial y en la fiabilidad mejorada de su unidad de potencia “Somos realistas sobre el desafío que se nos presenta, pero nuestro podio en Hungría, y nuestra victoria el año pasado en Bélgica, demuestran que todo es posible así que vamos con ello en mente, concentrarnos en nuestro trabajo, hacer lo mejor que podamos y tomar ventaja de las circunstancias