El jefe de Mercedes, Toto Wolff, ha defendido la decisión de la escudería alemana de dar la espalda a Red Bull y no proporcionarle sus motores en 2016. La razón que se esconde tras esto es que defienden su propios intereses deportivos.

"Decidimos como motorista y como equipo que habíamos estado trabajando duro y por mucho tiempo para lograr este éxito hoy tras tomar la decisión de entrar como escudería en el deporte de nuevo en 2010", ha explicado a la web de la Fórmula 1.

"Por lo tanto decidimos no suministrar nuestros motores a Red Bull y deseamos continuar con nuestro modelo de apoyo independiente, proporcionando motores a equipos privados y queremos respetar las relaciones que tenemos con nuestros clientes” comentó.

Así, la única opción para Red Bull es unirse a Ferrari en 2016 en su búsqueda de un motor competitivo, ya que en caso contrario amenazan con marcharse de la F1 si no compiten en igualdad con Ferrari.

"Nunca he escondido mi opinión", ha dicho. "Es la opinión de alguien que es responsable del programa de competición de Mercedes y de 1200 empleados así como de representar a la marca Mercedes-Benz en la Fórmula 1 de la manera adecuada. Así que tengo que asegurarme de que sea representada de la manera correcta por otros igualmente", ha asegurado.

LOS CLIENTES SON TRATADOS CON IGUALDAD

Felipe Massa, uno de los pilotos de la parrilla que compite con motor Mercedes, ha expresado su inseguridad sobre que los clientes monten las últimas especificaciones del motor alemán, la cual fue probada en Monza hace sólo unas semanas.

Wolff, sin embargo, insiste en que suministran las últimas evoluciones a sus clientes: "Seguimos la filosofía de suministrar la misma especificación a todo el mundo. Puede haber situaciones particulares como la de Monza, donde llevamos una evolución que necesitaba ser testada en pista, por lo que es difícil suministrarla a los clientes", ha explicado.

"¡No creo que nuestros cliente estuvieran muy satisfechos si abandonaran por llevar un motor experimental!", ha finalizado.