Pat Symonds, director técnico del equipo Williams, ha señalado que los motores de 2016 serán un 25% más ruidosos por los cambios que se han introducido en la normativa con respecto a los escapes.

Después de que el sonido de las unidades de potencia se redujese drásticamente con la entrada de los V6 Turbo en 2014, el Consejo Mundial del Motor aprobó a finales de 2015 unos cambios en los que se exigía que todos los monoplazas de 2016 incluyesen dos salidas de escape, una para los gases del motor y la otra para los gases que provienen de la válvula de descarga del turbo.

"En el pasado, todos montaban válvulas de descarga en el escape principal del motor y lo que tenemos que hacer en 2016 es separarlas", ha dicho el británico en el Autosport International show. "La válvula de descarga de un motor turbo moderno no se abre mucho. Tenemos un generador de motor unido al turbocompresor, que es una de las formas en las que aprovechamos la energía utilizada y que controla la velocidad del compresor en lugar de utilizar una válvula de descarga bastante ineficiente", ha proseguido.

"Así que, realmente, intentamos no abrirla mucho. En condiciones de carrera casi nunca está abierta y en clasificación la abrimos un poco. Debes pensar, si no abres la válvula de descarga no oirás mucha diferencia, pero eso no es del todo cierto porque hay un escape que se une a la válvula de descarga y al escape principal y esto actúa como un resonador de rama lateral. Nombre de fantasía, ¿qué significa? Significa que incluso con la válvula de descarga cerrada actúa como un silenciador en el escape y deshacerse de eso hará que sea más ruidoso".

En este sentido, Symonds señala que la ganancia será de un 25% en materia de ruido para los nuevos motores con estos cambios para 2016: "En términos de lo que váis a percibir, con la válvula de descarga cerrada, lo que percibirás es de alrededor de 14% más alto. Con la válvula de descarga abierta, será un 20-25% más alto, así que es bastante significativo".

Desde la entrada de estos motores en 2014, el simple desarrollo natural ha hecho que el sonido fuese cada vez algo más alto, algo que Symonds cree que continuará de la misma manera.

"Es una progresión natural. Gran parte del sonido es una función de la presión del cilindro. Cuanto más alta sea la presión del cilindro más sonido llega y, al tiempo que evolucionas el motor, la forma en la que obtienes potencia es aumentando la presión en los cilindros. Hemos visto grandes incrementos desde comienzos de 2014. Los coches han hecho más ruido de forma natural y serán más ruidosos de forma natural este año sumado a los cambios que hemos hecho en el escape", ha finalizado.