Después de una temporada tórrida, sin victorias, dominada por las disputas sobre el suministro del futuro motor, Red Bull se agarra a los motores Renault, renombrados bajo el sello de TAG Heuer. Aunque Daniel Ricciardo admitió que el chasis de Red Bull estuvo por debajo de la media, a principios de 2015, ahora siente que sólo el motor va a impedir una lucha por el título.

"No voy a pensar que podemos ganar el título. Eso sería lo peor que se puede hacer", señala el de Perth para Autosport. "Si funciona, impresionante. Creo que tenemos la base. La forma en que el equipo desarrolló el coche del año pasado, demuestra realmente, no sólo la calidad de las personas, sino su motivación y el hambre que todavía hay dentro del equipo", completa.

"Eso ha sido lo más prometedor. No he visto a nadie tener dudas o perder la motivación. Todo el mundo sigue tan hambriento como siempre. Desgraciadamente ahora, probablemente, todo va a depender de qué motor tengamos, lo que dictará el éxito poco a poco. Desde el punto de vista mecánico, definitivamente, podemos construir un buen coche para el 2016. ¿Como de bueno será el motor? Esa es la pregunta", plantea el australiano.

Después de haber ganado su primer Gran Premio, de los tres conseguidos en su carrera durante el 2014, Ricciardo estableció como objetivo hacer coincidir ese último término, pero rápidamente se dio cuenta de que era muy poco probable repetirlo.

"Hablando de expectativas, nos encontramos que no era posible, esa fue la realidad", expresa el australiano. "Al ganar tres carreras en 2014, llegué al año pasado pensando, 'OK voy a ganar al menos otras tres'. Es natural. Renault tenía un año de desarrollo, habíamos tenido un invierno de pruebas, para luego salir a tope y luchar. Así de seguro tenía mis expectativas. Pero después de las primeras carreras tuve que descartar todo y resetear. A pesar de que hemos tenido problemas con el motor, sentí también que el chasis tampoco iba bien en en las primeras carreras", apunta para finalizar.