La limitación de test es sin lugar a dudas el mayor problema para Pirelli, quién muchas veces debe sacar conclusiones en base a estimaciones o simulaciones informáticas. Durante este año, Pirelli ha podido gozar de más información tras realizar varios test de los neumáticos 2017 con los principales constructores. Aun así, en Pirelli son conscientes de que han podido seguir una línea errónea en el desarrollo de las gomas de 2017, por lo que han decidido iniciar un plan "b".

Y es que el constructor de neumáticos ha decidido homologar un compuesto de repuesto para cada uno de los cinco tipos de gomas existentes. Ante el cambio de los neumáticos de 2017, que con una medida de 405 en la parte trasera llegan a ser impresionantemente anchos, Pirelli ha debido usar nuevos materiales, por lo que existe el temor de un funcionamiento no esperado en condiciones de temperaturas adversas o presiones extremas, como ya ocurriera en el pasado en el episodio más negro de Pirelli en su regreso a la F1 y que forzó el uso de kevlar en lugar de acero.

El compuesto base ya está elegido, incluso conociéndose ya que tipo de gomas se van a usar en las dos primeras carreras del año, pero Pirelli decide guardarse este comodín para introducirlo en cualquier momento de la temporada si el constructor italiano lo considere necesario.