Tras no lograr meterse en Q3 en el caso de Nico Hulkenberg, o de no salir a clasificación en el caso de Max Verstappen, los dos pilotos optaron por estrategias alternativas, que les iban a permitir montar compuestos más blandos al final de carrera.
El devenir de la carrera hizo que la estrategia, a pesar de los muchos tapones, se mostrara adecuada, y tras su parada, ambos pilotos estaban en capacidad de rodar mucho más rápido que los rivales. Hulkenberg logró salir justo por delante de Verstappen, y poco después, ambos se encontraron con Carlos Sainz en pista.
Sainz estaba sufriendo con los neumáticos, con una aparición masiva de ‘graining’, por lo que era un preocupante tapón de cara a las aspiraciones de Verstappen, y especialmente, de su compañero de equipo, Nico Hulkenberg. Renault dio la orden de equipo, que Sainz obedeció sin rechistar. Pero quedaba un coco, Verstappen, igual de rápido, y con la ansiedad de necesitar adelantar para no perder terreno con el otro Renault.
El primer incidente tuvo lugar a la salida del túnel. Verstappen coge el interior, se empareja con Sainz, y frena tarde. Se mete por dentro, pero a la hora de trazar la chicane, no deja espacio, por lo que Sainz opta por irse recto y recuperar la posición. El piloto de Red Bull se quejó por radio, pero antes de obtener cualquier respuesta, llego el segundo intento.
En esta ocasión, Sainz defendió el interior. Verstappen llegó con más velocidad y frenó más tarde, ganándole la posición por fuera. Pero frenó muy tarde, y le costó meter el coche en la curva, tanto que pasó por encima, casi parado, del bordillo disuasorio. En la línea que delimita saltarse la curva o no.
Tras esto, fue Sainz el que se quejó por radio de que Max se había saltado la curva. Sin embargo, Dirección de carrera no intervino, dando por hecho que el adelantamiento al límite, pero sin contacto, de Max Verstappen, había sido legal.
