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Las nuevas políticas por las que la Fórmula 1 apostó hace ya varias temporadas empiezan a surtir efecto cuando medidas como el techo presupuestario o el hándicap aerodinámico cumplen cuatro años en este 2024.
Sin embargo, esta determinación de la FOM de Liberty Media por igualar la parrilla del gran circo está dando un resultado difícil de valorar. Esto sobre todo después de lo ocurrido en la temporada 2023 y que parece haberse agravado en 2024, donde los equipos se aglomeran y se acercan entre ellos, pero lo hacen en dos dimensiones abismalmente diferenciadas.
Esto ha dado como resultado una subdivisión que fractura a la parrilla en dos mitades; la que está destinada a copar la zona de puntos –Red Bull, Ferrari, Mercedes, Aston Martin y McLaren–, y la que parece abocada a luchar por nada, salvo concesión de los de delante –Haas, Racing Bulls, Williams, Sauber y Alpine–.
Esta sangrante fractura ya empezó a asomar en 2023, donde solo el fracaso inicial de McLaren y el equipo Alpine a modo de ‘puente’ sirvieron para aliviar una situación que amenaza con volverse más crítica en una temporada 2024 donde la división parece ser total.
Lo cierto es que este incipiente problema no es algo de lo que se pueda responsabilizar a ningún organismo, pues es a los equipos a quienes les corresponde interpretar el reglamento y sacar el máximo partido a sus recursos. A pesar de ello, las tácticas empleadas por escuderías de la zona baja en el GP de Arabia Saudí y el GP de Australia llevan a cuestionar la eficacia del sistema de puntos actual en Fórmula 1.
¿Necesita la Fórmula 1 cambiar su sistema de puntos?
Con estas acciones cuestionables hacemos referencia a las tácticas del equipo Haas con Kevin Magnussen en Jeddah, cuando los americanos ordenaron al piloto danés hacer todo lo posible para retener a media parrilla con el objeto de que Nico Hülkenberg pudiese sumar el punto que concedía Lance Stroll tras su accidente.
Caso similar al vivido este fin de semana en el circuito de Albert Park, donde Williams decidió sentar a Alex Albon en el coche de Logan Sargeant después de que el tailandés destrozase su chasis.
Dos maniobras similares en cuanto a la filosofía que las guían; saber que en la temporada 2024 cada punto será oro para estas cinco escuderías. Oro literalmente, teniendo en cuenta las monumentales diferencias en la recompensa económica que recibirá el sexto respecto al décimo clasificado en el mundial de constructores de F1.
Es por ello que en estas dos carreras, ni Haas ni Williams se hayan andado con remilgos a la hora de recurrir a tácticas lícitas pero poco decorosas, y que en otras ocasiones no se habían visto salvo en finales de temporada, donde el fin suele justificar más los medios.
Tomando el panorama actual, la mitad inferior de la parrilla podrá barajarse infinidad de veces carrera tras carrera. Pero por desgracia esa vivaz competencia y esas posiciones no tendrán valor alguno salvo en las ocasiones en que uno de los líderes cometa un error y abra la puerta de los puntos.
Una situación que ya padece el actual formato sprint y que ha sido criticado con anterioridad, debido a que en estos fines de semana, más de la mitad de la parrilla realiza una clasificación y una carrera donde saben de inicio que puntuar será imposible –teniendo en cuenta la reducción de vueltas y posiciones de punto–. Un pobre espectáculo que podría extenderse a las carreras convencionales, es decir, a toda la temporada.
Hechos somáticos
Cabe recordar que el último reajuste al sistema de puntos en Fórmula 1 tuvo lugar en 2010, cuando la parrilla mutó hasta los 12 equipos y 24 pilotos. El hecho de que este mismo modelo se siga empleando en la actualidad con solo 20 coches en pista puede entenderse como revelador, ante el evidente recrudecimiento de la lucha por los puntos en Fórmula 1.
La situación podría rayar en lo escabroso en 2024 si se atiende al hecho de que hasta Lance Stroll –en teoría el piloto y equipo más débil de los que integran la zona alta– fue capaz de remontar hasta la zona de puntos en el Gran Premio de Bahréin tras caer al fondo de la parrilla en la salida.
Así lo han interpretado también marcas como Williams, que prefirieron asestar un profundo golpe a la confianza de su pupilo, Logan Sargeant, y a su dinámica interna tras anteponer cualquier posibilidad de que Alex Albon pudiese sumar puntos en el GP de Australia.
Convertir en regla las excepcionalidades de Haas y Williams en las dos últimas carreras o incluso futuras extravagancias que puedan estar por llegar tampoco jugaría ningún favor la Fórmula 1 y ni a su ética deportiva.
Al mismo tiempo, el problema no tiene solución o al menos no una fácil, pues el rendimiento de los equipos es desconocido hasta la primera carrera y variable a partir de entonces.
Las propuestas podrían venir por reducir en dos los siete puntos que separan al primer y segundo clasificado en una carrera. Esto con vistas a abrir la zona de puntos hasta el puesto 12. De esta manera, el reto de conseguir puntuar en F1 se mantendría prácticamente intacto y, al mismo tiempo, contribuiría a democratizar una zona baja donde las batallas de equipos y pilotos tengan más sentido y mejor recompensa.
Si tras tres carreras en 2024 tanto Yuki Tsunoda como Nico Hülkenberg y Kevin Magnussen suman 10 puntos es solo por el triple accidente del pasado gran premio y el empeño de la FIA en que la sanción a Fernando Alonso afectase a la clasificación final.
Podrían venir tiempos duros para la mitad de la Fórmula 1, y tan insensato sería dar por hecho que estas estratagemas al límite no tendrán continuidad, como negar el riesgo que podrían suponer para el campeonato.
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