El comienzo de temporada de Max Verstappen no fue de los mejores. Varios incidentes en las primeras carreras del calendario hicieron que muchos en el paddock empezasen a criticarle e incluso se le pidió que cambiase su pilotaje.

Desde Canadá, el holandés se mostró sin incidentes y mejorando en cada carrera. Un tercer puesto en Montreal, un segundo en Francia y llegó la victoria en Austria, en casa de Red Bull.

Helmut Marko, asesor de la escudería de la bebida energética, fue el primero en dar un toque de atención al joven piloto, asegura que todas esas críticas hacia Verstappen eran “una autentica basura"

"Tuvo que cuidar los neumáticos y también le capamos el motor a mitad de carrera por motivos de seguridad y técnicos. Y aún así logró conservar la velocidad necesaria para mantener a raya a Raikkonen, y solo a tres o cuatro vueltas del final, cuando estaba a tres segundos volvimos a encender el motor. Fue muy suave, lo controló y nunca entró en pánico. Fue un poco como en Barcelona en 2016. Ha crecido. Se fustigaba mucho. Podría estar luchando por el campeonato. En alguna ocasión ha tenido mala suerte, solo tuvo dos incidentes estúpidos, el de Montecarlo y el China con Vettel. Pero con 20 años, pilotar en una carrera así demuestra la madera de campeón que tiene. Ha hecho tres buenas carreras seguidas y las tres fueron increíbles", comenta Marko.

Red Bull acumula ya tres victorias en la temporada y la primera en su circuito, algo que les hace estar contentos.

"Mas que felices. En 2014 fue el primer Gran Premio en este circuito y siempre había ganado Mercedes. Así que por primera vez les ganamos. Fue un rendimiento increíble de Max Verstappen, y también estamos muy contentos por los miles de aficionados holandeses. En general, un fin de semana fantástico. Lo única pega fue el problema técnico en el coche de Ricciardo", explica.

En cuanto a las esperanzas de ganar aún el título, Marko añadió: "Tenemos una posibilidad remota, pero lo intentaremos tanto como sea posible. Todo está muy apretado".