El Chevrolet Cruze nació para sustituir al Nubira con un ADN completamente renovado, tratando de dejar atrás la herencia genética de Daewoo para compartir al máximo los rasgos y sinergias disponibles dentro de General Motors. El resultado es un coche muy competitivo por lo que ofrece a cambio de su precio: Con un diseño cuando menos atractivo, un equipamiento completo, buena habitabilidad y buenas cualidades dinámicas, merece ser tenido en cuenta si se quiere sacar el máximo partido al dinero y no se pierde la cabeza por los materiales nobles que encarecen otros coches.


Conducción 12/20

Al girar la llave de contacto se nota que bajo el capó llevamos un diésel moderno, pero desde luego no de los más refinados. Suena en frío y aunque al calentar se amortigua el ruido, a poco que bajes las ventanillas oirás que el motor sigue sonando en la calle. El dos litros diésel de 150 caballos responde muy bien desde abajo y goza de un potente tirón entre 1.600 y 3.000 revoluciones / minuto, pero hay un escalón en el desarrollo entre primera y segunda que afecta mucho al funcionamiento a baja velocidad, propiciando que cuando se circula en segunda o en tercera y se frena, pero no lo suficiente como para cambiar a primera, la aguja del tacómetro se clave en una desagradable zona vacía por debajo de 1.500 revoluciones, de la que por mucho que se pise el acelerador lleva unos largos segundos salir. Es cuestión de acostumbrarse para evitarlo, aunque no siempre se consigue. Superado esto el motor empuja con fuerza y ofrece unas prestaciones francamente buenas. El funcionamiento es suave y además hay fuerza disponible a cualquier régimen.

El manejo del cambio de marchas de cinco velocidades -la competencia con motores diésel de esta potencia suelen ofrecer seis- es lo más rudo a nivel mecánico del coche. El tacto no es preciso ni agradable, y resulta fácil hacer rascar alguna marcha o quedarse trabado sin que la palanca llegue al final de su recorrido. Hace diez años hubiera sido más normal, pero hoy este coche se merece una trasmisión en consonancia con el resto.

La suspensión trabaja muy bien, es precisa y el chasis trasmite seguridad. Hace al coche agradable de conducir y permite sacarle partido a las prestaciones. Además absorbe con eficacia los baches y su buen trabajo se traduce en el interior en forma de comodidad. La puesta a punto no puede ser mejor en un coche de clara vocación familiar pero que puede ser atractivo para un conductor que valore el dinamismo y no quiera o pueda gastarse un dinero “que duele” por un coche de familia ilustre.

Los frenos son potentes y el pedal tiene un recorrido largo y un tacto suave. Si eso gusta o no ya es cuestión personal. Tras un uso “muy duro” llegaron a perder algo de potencia y el recorrido del pedal se alargó todavía más... pero el puerto de montaña en sí es un viejo conocido donde también coches de mucho mayor pedigrí han quedado en evidencia. Un minuto de calma para enfriar y de nuevo recuperan la eficacia inicial.


Seguridad 10/20

A pesar de que Chevrolet aseguro que el Cruze ha sido diseñado para lograr una alta puntuación en los tests de EuroNCAP, lo cierto es que este organismo no ha publicado todavía el estudio de este coche. No obstante parece que está construido pensando en lograr por lo menos cuatro estrellas, como ya tiene el Captiva. A juzgar por la solidez con que se porta el chasis en cualquier bache parece cierto que tiene una rigidez torsional muy elevada, lo que repercute directamente en el comportamiento de la carrocería en caso de accidente.

El control de estabilidad (ESC) es de serie y en las plazas delanteras cuenta con una completa dotación de airbag que sin embargo brillan por su ausencia en las plazas traseras.
Confort 17/20

Este es uno de los puntos fuertes del Cruze, pues en todas las plazas los asientos son realmente cómodos y agradables, sujetando al mismo tiempo correctamente el cuerpo. El nivel de ruido procedente de la mecánica y del exterior está bien atenuado y las suspensiones absorben francamente bien los baches e irregularidades.

La plaza central trasera es realmente aprovechable gracias a que las laterales no están muy marcadas como sucede en algunos competidores. Detrás hay suficiente espacio para las piernas y una buena anchura disponible a la altura de los hombros.

En esta versión además el equipamiento es bastante completo, destacando el equipo de sonido con Mp3, mandos en el volante y conexiones auxiliares USB e iPod, aunque algunos elementos comunes en las listas de opciones de otros coches no están disponibles para el Chevrolet Cruze, como el encendido automático de luces, los faros de xenón o el climatizador, pues aunque se incluye en la tarifa como equipamiento, lo que tiene el Cruze es un aire acondicionado con selección de las rejillas de ventilación por botones, muy aparente, eso sí, pero no es un regulador de temperatura. Nuestra unidad de pruebas incorporaba el navegador con pantalla a color (1.000 euros) y el techo practicable de cristal (800 euros).


Ecología 14/20

El motor no es tan económico en uso real como parece a juzgar por las cifras homologadas. Los 5’6 litros / 100 kilómetros anunciados en ciclo combinado se convierten en unos 7’5 - 8 litros en uso real sin la más mínima veleidad con el acelerador. En cualquier caso la buena cifra homologada aunque no sea real sirve para pagar menos impuesto de matriculación, ya que con sus 149 gramos / kilómetro paga un gravamen reducido del 4’75%.


Valor de compra 18/20

El diseño exterior me parece muy bueno -especialmente la vista frontal- y del interior tengo la misma opinión. El comportamiento en carretera es especialmente cómodo y dinámicamente más que correcto, al tiempo que la mecánica ofrece un buen rendimiento. Por supuesto tiene aspectos mejorables y puntos débiles, pero en una perspectiva general el recuerdo que deja el coche como conjunto es francamente bueno.

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