• El Ford Mustang es uno de los coches favoritos del reparto de Fast & Furious
  • El Shelby GT500 Heritage Edition es una oda al clásico GT500
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Que te roben el coche es, realmente, algo agobiante y molesto, por usar palabras que se puedan publicar. Pero si además, se trata de un Ford Mustang Shelby GT500 de 1967, la situación se puede volver una tragedia. Sino, que se lo digan al estadounidense que el pasado mes de enero, vio como de un momento a otro, su Shelby GT500 desaparecía.

La policía de Oklahoma se puso rápidamente a buscar el vehículo, llegando a detener a un chaval de 20 años llamado Nicolas Chamberlin por el robo del mencionado vehículo. Sin embargo, como el coche no apareció, las investigaciones siguieron sus cauces habituales hasta que finalmente el Mustang apareció, aunque no como esperaba su dueño.

Dos individuos más arrestados y un GT500 desvalijado

Dichas investigaciones acabaron por dar sus frutos y el coche apareció a las afueras del pequeño pueblo de Mounds, en Oklahoma (Estados Unidos). Estaba en una propiedad privada, escondido bajo un montón de hojas y ramas secas, mantas, cartón… claramente, estaba escondido e intentado dar la impresión que el coche llevaba allí mucho tiempo.

Cuando la policía lo encontró, el coche no estaba completo, faltaban piezas. La carrocería casi por completo había desaparecido (el Mustang usa un chasis monocasco, el techo y las aletas traseras forman parte del chasis y no se pueden desmontar, el resto faltaba todo) y se detuvieron a otros dos individuos más en la operación.

El Shelby GT500 puede costar auténticas fortunas

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Departamento de Policía de Tulsa, Estados Unidos

Una vez se registró el lugar y se comprobó el estado del vehículo, el propietario, además, tiene que dar las gracias, pues uno de los elementos más destacados del coche seguía en su lugar: el motor. También estaba intacto el habitáculo, las suspensiones y otras partes del coche. Es evidente que los ladrones estaban desmontando el coche y vendiendo sus componentes por piezas.

El Shelby GT500 es uno de los clásicos americanos más deseados y famosos del mundo, una unidad original, en buen estado, puede superar cotizaciones de 250.000 dólares y las piezas, como cabe esperar, son caras y muy buscadas. No son escasas porque hay empresas que fabrican componentes con certificado Shelby, pero no son piezas “clásicas” y aún así, son igualmente muy caras.