El piloto español de HRT asegura que los pilotos ignoran el alcance de la situación sociopolítica interna del país, y por eso prefiere confiar en la Federación, que les ha llevado hasta allí pese a las advertencias y las denuncias de las organizaciones humanitarias.

"No conocemos la situación de Bahréin lo suficiente como para tener una opinión firme, así que nos apoyamos en la gente que ha hecho informes, que es la FIA. No buscado más detalles", asegura Pedro.

De la Rosa asegura estar tranquilo y sereno, y cree que el resto de sus colegas también. Su seguridad la confía plenamente en los responsables de la FIA: "Creemos en esta gente. Es la mejor que podemos hacer para mantenernos alejados de la polémica”, declara sin intención de entrar en controversias que no sean deportivas. “Somos deportistas y tenemos que actuar en la pista; punto final".

Aunque otros pilotos sí que han variado su rutina de cada fin de semana, De la Rosa asegura que para él es otra carrera más del campeonato que no difiere de años anteriores: "Estoy siguiendo el mismo proceso y la misma rutina para viajar que en otros Grandes Premios de Bahréin que he disputado. No he visto muchas diferencias hasta ahora. Quizá hay más seguridad en las entradas de los hoteles, pero no he visto nada diferente".

Las diferencias y la violencia son más palpables en las calles de los barrios conflictivos, allí donde las cámaras y los informes de la FIA no llegan por la censura, y las han experimentado otros integrantes del Gran Circo, como el personal de Force India, que quedó atrapado en un enfrentamiento entre un grupo manifestantes y la policía, con cócteles molotov incluidos. De la Rosa asegura no saber nada al respecto: "Desde luego, no es una situación segura. Pero no sé lo suficiente como para hablar".

Quienes tampoco pueden hablar son los periodistas vetados, como los de la agencia de noticias AP, que recibieron la prohibición de adentrarse en el reino de Bahréin pese a recibir sus correspondientes permisos de la FIA: "Es una cuestión de logística", se excusa el ministerio de información del reino."El gobierno no puede dictar ni prohibir la cobertura deportiva de ninguna manera", se queja indignado Lou Ferrara, editor jefe de AP. Se sabe que otros periodistas de la zona del Golfo Pérsico también han tenido problemas para entrar en el país, o directamente no lo han conseguido al no recibir sus visados a tiempo. El número de muertos en las calles desde febrero de 2011 por protestar contra el régimen asciende ya a cincuenta (que se sepa), y se registran incidentes prácticamente a diario, aunque los informes de la FIA no los incluyan.