Hace once años, la Fórmula 1 desembarcó por primera vez en el antiguo estado comunista y desde aquel año de 2004 no ha vuelto a faltar con su cita con el circuito de Shanghái. En mitad de la polución de la ciudad más poblada del mundo, con 200 de millones de personas dentro de ella, el ‘Gran Circo’ aterriza con pocas novedades en el frente y con la esperanza de variabilidad en lo alto del podio más que aniquilada, por el momento.

Fernando Alonso y Lewis Hamilton llegan al cuarto GP del año con dos victorias cada uno en tierras chinas pero el asturiano parece depender de un imposible para colocarse con tres y el británico sólo tiene como rival a un Nico Rosberg que tendrá muy claro que debe evitar la tercera victoria consecutiva -y la tercera en Shanghái- del británico. Toto Wolff ya ha dejado claro a lo largo de la semana pasada que ambos seguirán compartiendo datos y telemetrías y que Mercedes sueña con un doblete en el que sus dos pilotos acaben fundidos en un abrazo… aunque suene como una utopía de una mente adolescente.

Precisamente Rosberg consiguió su primera victoria en Fórmula 1 hace dos años en el circuito donde el Ying y el Yang se funden en el asfalto. En los 5.451 kilómetros que el Circuito Internacional de Shanghái presenta, los 22 monoplazas que configuran la parrilla actual de Fórmula 1 tendrán que completar un total de 56 vueltas en las que el equilibrio del monoplaza -rápido en recta y rápido en curva- será clave para conseguir el mejor resultado posible.

Las reviradas curvas del sector intermedio, enlazadas entre sí en algunos tramos, constituirán el mayor reto para los pilotos este fin de semana. Si la lluvia hace acto de presencia, como parece que así será, el abanico de posibilidades se abre y sino, que se lo pregunten a Lewis Hamilton, que de 2007 no guarda buenos recuerdos con la puzolana de entrada a boxes como protagonista. Otro punto del trazado a tener en cuenta.

La estrategia

Pirelli lleva a Shanghái el compuesto blando y el medio, los dos más usados -tres veces frente a una del medio y el duro- en lo que va de temporada. La estrategia de paradas para la carrera debería de variar entre dos y tres paradas en condiciones de seco y, a priori, las vueltas 18 y 38 serían las más adecuadas, a la espera de ver qué datos recogen los ingenieros de cada equipo a partir de este viernes.

El carril de boxes en China tiene 350 metros, bastante más corto que el del pasado GP de Bahréin, y los pilotos tardarán unos 19 segundos en recorrerlo si no hay mayores imprevistos, por lo que sería de los que menos tiempo hacen perder del Mundial, si no fuera por su entrada complicada de doble curva. Se esperan en torno a los 20ºC para los Libres del viernes, pero el sábado y el domingo las temperaturas caerán cinco grados menos y la lluvia parece que hará acto de presencia. Un 68% de probabilidades de que el líquido elemento se invite a sí mismo a la fiesta de la Fórmula 1 durante la clasificación del sábado son las que manejamos en estos momentos y la carrera del domingo también podría verse alterada por la presencia de algunas antes antes o durante la misma.

Si el Safety Car apenas tenía posibilidades de salir en Bahréin -y lo hizo-, en China el porcentaje de aparición de Maylander se sitúa en 40%, por lo que no sería extraño verlo en pista y más aún si el agua hace aparición.

Las paradas en boxes como clave de la victoria

Las carreras en Shanghái -diez hasta la fecha- siempre se han caracterizado por verse altamente influidas por las decisiones desde el muro de boxes y este año podría no ser menos. Conseguir que los neumáticos delanteros cojan temperatura se revela trascendental, sobre todo para sacar una buena vuelta que te sitúe bien en parrilla, dadas las bajas temperaturas que suelen presentarse en el asfalto chino.

Los propulsores también tendrán sus momentos de protagonismo con las dos largas rectas que el circuito de Shanghái presenta, en las que se compensará el 80% de vuelta que los pilotos se pasarán rodando en curvas. Un 55% de la vuelta el acelerador estará pisado y la configuración del sistema de frenos será trascendental este fin de semana, por lo que veremos más de un problema con los traseros y su sistema ‘by-wire’.

Los adelantamientos en el GP de China se ven ligeramente favorecidos por los dos puntos fuertes de frenada y por el complicado sector intermedio, en el que los errores pueden aparecer y donde estar acertado cuenta de manera relevante.

En 2013…

Cinco campeones del Mundo ocuparon las cinco primeras posiciones de un Gran Premio en el que Ferrari ganó la batalla estratégica desde el muro con un sensacional Fernando Alonso. Red Bull sufrió el sonrojo en sus carnes ante el abandono de Mark Webber por una tuerca mal apretada por unos mecánicos que luchan día tras día por marcar récords en su trabajo. Rueda voladora a parte, Nico Hülkenberg pudo lucirse en Shanghái, liderando varias vueltas con un Sauber que en los siguientes Grandes Premios caería en el olvido.

Lewis Hamilton supo manejar el desgaste de los neumáticos que el W04 provocaba, mientras que Rosberg tenía que abandonar 35 vueltas antes del final. Un Räikkönen frío y calculador en su ritmo era segundo tras la lucha final con el británico de Mercedes y después de que Sebastian Vettel tratara asaltar un podio del que la estrategia decidida por él y su equipo le privaba finalmente.