Corría el año 1977 cuando Renault hizo historia en la Fórmula 1 al ser el primer constructor en montar un turbocargador en un monoplaza. Su RS01 fue la máquina que lo portó en aquel GP de Gran Bretaña del 17 de julio de 1977. Era también un V6 -como los de este 2014- con 1.5l de cilindrada y pilotado por Jean-Pierre Jabouille. La marca del rombo ha querido rendir homenaje esta semana con una demostración de algunos de los coches más significativos con turbocargador que han competido en la Fórmula 1.

En la jornada del jueves, Romain Grosejan se puso a los mandos del RE40, que fuera pilotado por Alain Prost y Eddie Cheever en 1983. También estuvieron presentes el Lotus 98T y el RS01 ya mencionado. A mitad de los 80’, aquellos propulsores lograban ofrecer 1.300CV en clasificación, tras siete años de desarrollo, muy lejos de lo que hoy proporcionan los V6 Turbo Híbridos. "Sentí lo mismo que pilotando un F1 de hoy día en algunos aspectos, pero muy distinto en otros. La principal diferencia es la posición de pilotaje y el hecho de que sientes que estás sentado encima del tren delantero", reconoce Romain Grosjean, tras bajarse del RE40. "El manejo del motor es muy distinto, sientes que no hay potencia y de repente llega el disparo y las emociones y sentimientos se vuelven locos. Luego, la caja de cambios es muy distinta y tardas un rato en acostumbrarte. Puedes sentir la frenada, la carga aerodinámica, el deslizamiento del coche y que el coche va donde quiere ir. Fue muy bonito pilotarlo y hubiese querido hacer más vueltas".

El francés bromeó con Rob White, director de Renault Sport F1, acerca de la respuesta del motor. "En aquellos coches de antaño, necesitabas tener 2.2 bares de presión y después funcionaban. Habría sido duro en carrera. Rob White vino a verme después y me dijo ‘no te quejarás nunca más este año sobre la respuesta del motor’ y yo le dije ‘¡No, definitivamente no lo haré! La tecnología que tenemos este año hace parecer al turbo mucho más sencillo de manejar".

Aquel RE40 de 880CV le dio a Alain Prost cuatro victorias y tres podios en 1983 pero, curiosamente, el turbo le falló en la última carrera en Sudáfrica cuando se jugaba el título con Nelson Piquet. El Williams FW14B del 92’ y el FW18 del 96’ también estuvieron presentes en el circuito británico. Esta temporada, tras casi 37 años después del debut del primer monoplaza con un propulsor turboalimentado, la Fórmula 1 volverá a Silverstone, esta vez con unos 760CV de máxima contando con los proporcionados por la ERS.

"Los Turbos de los 70’ son obviamente donde todo empezó para Renault en la F1. En ese momento, los motores 1.5 eran algo que nunca habíamos visto antes. Puedo recordar verlos en el GP de Gran Bretaña y estar seriamente impresionado con lo rápidos que eran y lo potentes que parecían. No estoy menos impresionado hoy, viéndolos de nuevo en el asfalto. El aspecto es brutal pero la tecnología bajo el chasis era límite", reconocía Rob White en el día de ayer. "Este año tenemos un reto muy distinto con los Turbos, los cuales están acompañados de sistemas de recuperación de energía extremadamente sofisticados. No obstante, es evidente que hay similitudes entre ambas eras: tecnología de última generación, innovación constante y pura competición".