Cuando un piloto se sube a un monoplaza capaz de volar a 300 kilómetros por hora, por mucha seguridad que exista, la vida está en peligro. Si encima la meteorología es caprichosa y las nubes descargan toda su furia contra el circuito en forma de lluvia, el porcentaje de mortalidad aumenta. Al aficionado de la F1 le encantanlas carreras sobre asalto mojado debido a su espectacularidad. Otra cosa es a los pilotos. Y si encima los neumáticos no son los adecuados…

El accidente de Jules Bianchi ha puesto la seguridad de la F1 en entredicho. Pirelli no ha logrado el indulto. Los que han alzado su voz en contra de las gomas de lluvia han sido Lewis Hamilton y Sebastian Vettel para la BBC. No se puede ir con zapatos a correr por el parque. El británico cree que las limitaciones del neumático extremo hacen, en ocasiones, optar por el intermedio cuando la pista está todavía muy mojada. Como es el caso de Bianchi, que marchaba con intermedios desgastados en el momento del incidente.

"No son buenos neumáticos. No es un secreto", dijo el líder del Mundial. Y eso que los proveedores de neumáticos fabricaron un nuevo modelo 'extremo' para ser utilizado en peores condiciones donde, se supone, que se mejoraba la capacidad de dispersión del agua. Nada más lejos de la realidad. Los pilotos creen que los problemas no han desaparecido.

"Es un área en la que no se trabaja tanto. Los slicks siempre se están mejorando, pero no hay mucho interés en el de mojado. Quieres un neumático que limpie el agua y no nos obligue a pasar al intermedio porque sea mucho más rápido, cuando probablemente, no es lo suficientemente seguro. Creo que es algo en el que la FIA y Pirelli trabajarán", continuaba el piloto de Mercedes que, además, cree que los fabricados por Bridgestone eran de mayor calidad.

Ante tales críticas, el director de Pirelli, Paul Hembery, ha replicado a los acusadores: "Hasta ahora Pirelli no ve ninguna necesidad técnica realista de cambiar el neumático mojado”. Aún le quedaba más. El otro indignado es todo un tetracampeón. Vettel añade, a la declaración de Hamilton, que estas inquietudes ya habían sido transmitidas a la FIA y Pirelli, incluso antes de la carrera en Suzuka.

"Si existe una gran cantidad de agua, es obvio que necesitamos tener un neumático que se libre muy bien de ella para no sufrir aquaplaning. El problema que tenemos es que el neumático extremo tiene una duración escasa. El intermedio es más rápido por lo que, tan pronto como se haya reducido la mayor parte de agua sobre el asfalto, se intenta poner los intermedios corriendo una gran cantidad de riesgos. Eso es algo que tenemos que trabajar". Tal vez el accidente del francés sirva como punto de inflexión para que la seguridad mejore en un deporte en el que, muchas veces, prima le estética a la ética.