La emoción de Silverstone puede haber sido el antídoto perfecto para acabar con el aburrimiento con el que muchos calificaban a la Fórmula 1 actual. "¿Se acabó la crisis?", se preguntó Toto Wolff, jefe de Mercedes, tras la carrera del Gran Premio de Gran Bretaña.

Ante las críticas diarias que recibe el Gran Circo, un total de 140.000 aficionados llenaron las gradas de Silverstone el domingo. Además, la lluvia también se unió a la fiesta y supuso diversión extra. "Algunas veces estas cosas pasan en el momento adecuado, hubo una carrera con todos los ingredientes necesarios para lograr la emoción", destaca Wolff.

"140.000 espectadores, una de las pistas más desafiantes, tiempo inestable y una carrera de las clásicas. El mejor remedio para evitar la crisis en la F1 es traer una carrera a la cuna de los deportes del motor", se podía leer en el periódico alemán Suddeutsch Zeitung.

No obstante, según el Bild, aunque se tratase de una prueba emocionante, el resultado sigue siendo igual de "aburrido", ya que los de Brackley continúan estando por encima del resto. "Me gustaría ser tan aburrido como Mercedes y siempre ser primero y segundo", comenta Maurizio Arrivabene. "Se merecen estar ahí. Pero estamos trabajando para que el podio sea menos aburrido en el futuro", añade.

Uno de los atractivos que tuvo la carrera fue que Lewis Hamilton decidió por sí mismo pasar por boxes para montar intermedios. El diario Der Spiegel y otros tantos aplaudieron esta táctica. "Lewis decidió él solo entrar. Así que vemos que si el piloto maneja la situación, puede ganar", señala Niki Lauda.

Respecto al formato del fin de semana, que desde los altos mandos quieren cambiar, Hamilton está de acuerdo con hacer alguna que otra modificación. "Los nueve años que he estado aquí siempre es lo mismo. Me haría feliz si lo cambian un poco y lo hacen más emocionante", apunta el bicampeón. Sin embargo, Sebastian Vettel opina justo lo contrario. "El GP debe ser el GP, una carrera clasificatoria le quitaría algo de esencia al GP", afirma el alemán.

Lo que está claro, haya crisis o no es que la próxima cita del calendario debería ser Alemania y no lo es, pero como ha indicado Bernie Ecclestone para el diario Die Welt, "se trata de un problema alemán y no de uno inglés".