Fin de semana lleno de sorpresas en el Gran Premio de Europa disputado este fin de semana en Bakú, en el que si nos olvidamos ya de las posiciones en la parrilla de salida, la carrera ha sido poco espectacular (para lo que podría ser la Fórmula 1) y en la que el resultado final es por lo menos extraño y poco habitual, al menos para sus protagonistas.

Cierto es que las dos primeras posiciones, no difieren mucho de lo normal al estar ocupadas por un Mercedes y un Ferrari respectivamente, pero a partir de ahí encontramos una clasificación que siendo sinceros, muy pocos por no decir nadie, habrían firmado. Sin desmerecer el tercer cajón de Sergio Pérez (por muy extraño que pueda resultar), y dando simplemente por válidas las posiciones de Kimi Raikkonen y Lewis Hamilton (cuarto y quinto), resulta como mínimo desconcertante ver a los dos Red Bull emparejados en las posiciones séptima y octava cuando el monoplaza de Daniel Ricciardo partia desde la primera fila.

"Al principio nos pusimos en una buena posición y el objetivo era atrapar a Nico (Rosberg). Nos las arreglamos para mantener la segunda posición y me sentí muy bien en las primeras vueltas, especialmente cuando pude ver que Seb(astian Vettel) no me alcanzaba. Después de la tercera vuelta, comenzamos a deslizar con la parte trasera y no había manera de controlarla. Pasé de ser muy optimista sobre nuestra carrera a ser incierto. No creo que tuviéramos una estrategia equivocada, a una parada habría sido ideal pero hemos tenido que adaptarnos y fuimos forzados a una carrera de dos paradas. Íbamos lentos en los dos primeros stints, pero en el tercero nos las arreglamos para encontrar algo de ritmo y pasé a (Nico) Hulkenberg, fue divertido. Creo que Max sufrió los mismos problemas y así fue, no creo que pudiéramos haber hecho otra cosa hoy. Necesitamos entender qué pasó, ya que por lo general nos comportamos bien en carreras con altas temperaturas, como Singapur. Hoy fue un poco inesperado. Tenía la esperanza de todo el mundo ayer diciendo que podría ser la carrera de la temporada, Fue, sin embargo, bastante tranquila", ha comentado Ricciardo.

Parece que hoy el australiano ha decidido disputar la carrera con un acompañante al que seguro que no quiere volver a tener. Evidentemente, el piloto ha ido solo en su bólido, pero está claro que el dios de la fortuna no le ha acompañado hoy, sinó más bien 'Murphy', ya que pese haber salido segundo ha terminado bastante más abajo.

Por otro lado, su compañero Max Verstappen afortunadamente ha realizado un mejor Gran Premio en reglas generales algo mejor al conseguir como mínimo terminar mejor de lo que ha empezado. Aunque esto no significa ni mucho menos que puedan lanzar cohetes, pues el belga simplemente ha escalado una posición respecto a la que tenía cuando se ha apagado el semáforo, es decir, octavo en vez de noveno.

"Fue un comienzo complicado, pero un buen final. En los neumáticos superblandos y los blandos teníamos demasiada degradación en la parte trasera y de ahí en adelante, una vez que cambiamos a los neumáticos medios, me sentí como si volara en el final. Mis tiempos por vuelta bajaban muy bien, me las arreglé para volver a la octava posición y casi la séptima. Con la posición inicial iba a ser difícil de atrapar a los pilotos de delante, pero creo que al final hemos hecho un buen trabajo. Por supuesto que deseas terminar más arriba pero no era posible hoy. Tuve la tercera vuelta más rápida hoy en la carrera, así que no puedo quejarme", ha añadido el holandés.

Dado el desafortunado fin de semana del equipo austriaco en cuanto a resultados se refiere, además de las declaraciones de los pilotos para encontrarle algún sentido a su actuación, también ha declarado Christian Horner, quien también ha tenido que dar la cara por la actuación de literalmente sus monoplazas.

"Al final, un resultado decepcionante después de haber comenzado en la primera fila de la parrilla, pero con el neumático superblando y el blando para ambos pilotos hoy nos pareció que teníamos un montón de degradación tan pronto como en las vueltas cuatro y cinco. Esa situación no cambió después de la primera parada en el neumático blando, en la que de nuevo los dos coches presentaron alta degradación muy temprano, en un neumático con el que se suponía que íbamos hasta el final de la carrera. Sólo cuando hicimos una parada no planificada para ir con el neumático medio, el coche estuvo en un rango de trabajo mucho mejor. Ambos pilotos fueron competitivos a partir de entonces, al final acabaron séptimo y octavo, con Max estableciendo la tercera vuelta rápida de la carrera. Conseguir una comprensión de cómo los neumáticos operan en este Gran Premio es un imperativo. Una carrera frustrante, pero al menos conseguimos llevar los dos coches hasta el final y hemos extendido nuestra ventaja sobre Williams en el Campeonato de Constructores", ha finalizado Horner.