Takuma Sato pasó a la historia de las 500 millas de Indianápolis. El piloto de Andretti se convirtió en el primer japonés en vencer tan prestigiosa prueba, llevándose la edición 101, una edición muy accidentada especialmente en su parte final y donde se recordará la primera participación de Fernando Alonso.
Tal y como soñaban muchos aficionados de Fernando Alonso, venció la combinación de un motor Honda en el equipo Andretti y cuyo piloto tiene nombre en la Fórmula 1, pero no fue Fernando Alonso, fue Takuma Sato. El japonés venció en un duelo trepidante que se prolongó durante las últimas doce vueltas entre él mismo, otro exF1 como Max Chilton y Helio Castroneves, que soñaba con unirse al olimpo de pilotos que ha vencido en cuatro ocasiones en las 500 millas de Indianápolis, lugar ocupado por A.J. Foyt, Al Unser y Rick Mears.
Mientras que Chilton fue un rival asequible, Castroneves fue muy correoso y mantuvo el duelo hasta el último instante, duelo Andretti – Penske, duelo Honda – Chevrolet en el que el japonés salió victorioso, lamentándose el piloto brasileño de la oportunidad perdida pero reconociendo con elegancia la gran labor de Sato, felicitándolo. Es la tercera vez que Castroneves finaliza en segunda posición de entre las trece veces que ha logado finalizar la carrera. Por su parte el japonés se redimía así de la oportunidad perdida en 2012, cuando se fue al muro en la última vuelta luchando por el triunfo con Dario Franchitti.
La tercera posición la firmó un novato, ganador del EuroFormula Open, Ed Jones, seguido de Max Chilton, Tony Kanaan, Juan Pablo Montoya, Alexander Rossi, Marco Andretti, Gabby Chaves y Carlos Muñoz, quienes completaron el top10 de la prueba. Además, en la vuelta del líder entró Ed Carpenter, Graham Rahal, Mikhail Aleshin, Simon Pagenaud, Sebastian Saavedra y JR Hildebrand, haciendo un total de 16 pilotos. Con más vueltas perdidas, la única fémina participante en esta edición, Pippa Mann, así como Spencer Pigot y Josef Newgarden.
La lista de abandonos ascendió hasta los catorce pilotos, entre los que desafortunadamente se encontraban los dos pilotos españoles. Oriol Servià abandonó a falta de 15 vueltas para finalizar la carrera en un accidente multitudinario, cuando un ligero toque con James Davison, el sustituto de Sebastien Bourdais, les envió a ambos al muro, llevándose también por delante tanto a Will Power como a James Hinchcliffe. También salió perjudicado Josef Newgarden, aunque éste sí pudo reemprender la marcha. A esas alturas de la carrera, Oriol luchaba por el quinto puesto, declarando el propio piloto que se sentía mejor que nunca y que aspiraba a todo.
En cuanto a las aspiraciones de Fernando Alonso, acabaron a falta de 21 vueltas para el final, cuando el motor Honda dijo basta. No fue una sorpresa, pues ya había habido avisos en los entrenamientos y solo en carrera rompieron antes que él el motor Honda de Charlie Kimball y el de otro de los favoritos a la victoria, Ryan Hunter-Reay. Hasta entonces, la actuación de Fernando Alonso solo se puede calificar de excepcional, sin caer en ningún momento del top10 y llegando a liderar la prueba durante 27 vueltas, siendo el tercer piloto que más vueltas lideró.
Fernando se mostró sólido y veloz en todo momento, y solo una mala resalida, en la que un doblado le cortó la trayectoria le hizo perder algunas posiciones, encontrándose en el momento del abandono luchando por la quinta posición rumbo a luchar por la victoria con los protagonistas. El piloto asturiano fue vitoreado tanto por el público como por toda persona, ya sea aficionado, mecánico o piloto que el de McLaren se iba encontrando a su paso, dejando en su debut un sabor de boca pocas veces visto y una notoriedad mediática que la categoría jamás había soñado en conseguir. Fernando respondió al público, lamentó el no haber podido disfrutar del final de carrera y reconoció que había sido una de las mejores experiencias de su vida.
Si bien la prueba tuvo un comienzo muy limpio, siendo la primera bandera amarilla pasado el primer cuarto de carrera, la parte final se volvió caótica, con múltiples cortes, con siete interrupciones en apenas 60 vueltas que elevaron el número de banderas amarillas vistas durante la prueba a 11, incluyendo una bandera roja.
Dicha bandera roja tuvo lugar en la vuelta 53, cuando Jay Howard fue adelantado por Ryan Hunter-Reay, perdiendo el vértice de la curva, yéndose a la parte sucia y tras no poder girar el coche, contra el muro. Rebotado del muro y sin dirección, no pudo evitarlo el poleman, Scott Dixon, que usó el vehículo de Howard como trampolín para elevarse por los aires y acabar deteniéndose contra el muro de protección sobre el que cayó y que partió el coche en dos en uno de los accidentes más sobrecogedores que se recuerdan y del que afortunadamente y para sorpresa de todos los presentes, Scott Dixon pudo salir por su propio pie, siendo el mayor perjudicado un operario que estaba en la zona y que fue golpeado por los restos, indicando éste que se encontraba bien.
Takuma Sato se lleva una prueba con 150 vueltas de bandera verde y 50 de bandera amarilla, con 35 cambios de liderato y donde el margen por la victoria fue de tan solo dos décimas de segundo. Una victoria trabajada durante las 3 horas y 13 minutos que duró la carrera en la que incluso consiguió la vuelta rápida, dada a una velocidad promedio de 226,190 millas por hora. Un triunfo que además le permite acercarse al liderato de la general, ahora ocupado por helio Castroneves con 245 puntos con un triple empate en la segunda aposición, pues tanto Pagenaud como Dixon y Sato suman 234 puntos, y ya más alejado Alexander Rossi con 190 puntos.
Experto en Fórmula 1 y Motorsport, especializado en el mundo de las carreras y la competición a motor, la cual lleva cubriendo más de una década en diferentes medios del sector. Obsesionado de las categorías de formación y desconfiado por naturaleza de todo lo que le cuentan.
