Conducción 13/20

Los últimos motores Diesel de Toyota están a un gran nivel dentro de la oferta general del mercado, pero la mecánica de gasolina 1.8 litros de la unidad que tuvimos ocasión de probar está muy lejos de ser una opción razonable. Técnicamente está muy superada y en consecuencia prestaciones y consumos no están al nivel que cabría esperar. Flaquea en elasticidad y empuje desde bajo o medio régimen y ni siquiera se salva por brillantez frente a cualquier diésel de la gama Verso, incluso aunque tenga menos potencia máxima. Eso por no hablar de los consumos, que sin ser excesivos son claramente más onerosos que los de un motor de gasóleo en uso real.

En carretera es estable y cómodo, con una agilidad correcta. Las suspensiones funcionan bien y los frenos son muy progresivos pero también potentes. El tacto de la dirección es agradable a cualquier velocidad, sin que se note a ninguna velocidad el cambio progresivo de asistencia, que hace más fácil girar el volante a baja velocidad que en carretera. En este sentido es intachable y apropiado por amortiguación para un coche familiar, y sin estar orientado al dinamismo hace gala de una manejabilidad muy buena.

El cambio de marchas de seis velocidades se maneja con comodidad, pero de nuevo por la falta de respuesta del motor a medio régimen parece un poco largo de relaciones. La sexta está especialmente desmultiplicada y tarda en desarrollar velocidad, aunque influye positivamente en el consumo en carretera despejada, que se queda en unos nueve litros reales (lejos de los 6’9 de media homologados por el fabricante).


Seguridad 18/20

El Toyota Verso puede presumir de contar con una dotación de airbag irreprochable. Son en total siete bolsas de aire que protegen todas las plazas laterales, incluidas las de la tercera fila con los airbags de cortina traseros de gran tamaño. El conductor y el acompañante están protegidos también por airbags para las rodillas.

Además todas las unidades cuentan de serie con sistema de control de estabilidad, tracción y ABS (VSC+) y un asistente para evitar el retroceso involuntario al arrancar en pendientes.


Confort 14/20

Creo que al probar un monovolumen hay que ser especialmente exigente con ciertos factores que en otros coches pueden pasarse un poco más por alto, como es la atención a los detalles de diseño “familiar”, como los huecos para objetos bajo el piso, las guanteras a mano de todas las plazas, las mesitas para las plazas traseras o el espejo para espiar qué hacen los niños. En este sentido el nuevo Toyota Verso es excelente.

El espacio de los asientos en las dos primeras filas de asientos es bueno, y las tres plazas de la segunda fila son independientes y situadas en una posición un poco más elevada que los asientos delanteros, por lo que ofrecen una buena visibilidad frontal y lateral que ayuda a dar sensación de más espacio y permite ver el paisaje a los ocupantes. La tercera fila es siempre muy práctica, pero hay que tener en cuenta que son dos plazas de emergencia, con poco espacio para las piernas y que obligan a una postura encogida a los adultos, por lo que no deben considerarse una solución habitual para viajes largos, aunque sí sirven sin problemas de forma ocasional. Con ellas puestas (se pliegan y despliegan con facilidad) el maletero queda reducido a 178 litros, que es una buena cifra en este tipo de coches y más teniendo en cuenta que este no es de los más largos.

Cuenta, por primera vez en la marca, con techo panorámico opcional, que puede ser interesante en zonas donde no haya mucha incidencia del sol, pero no es recomendable para coches que vayan a estar aparcados o circulando en zonas con mucho sol y calor, pues a pesar del tratamiento atérmico a través de esa luna en el techo se cuela una buena cantidad de calor.

El salpicadero tiene un diseño muy claro y limpio de formas, pero quizá por eso queda un poco soso. Y es que en general, a pesar de que la calidad de acabados es irreprochable, el aspecto del interior es demasiado espartano, incluso pobre para un coche familiar donde debería primar la calidez. El salpicadero resulta algo deslucido y los plásticos no parecen demasiado elaborados a la vista, algo habitual en los últimos modelos de Toyota pese a que la calidad de fabricación es una de las premisas del fabricante.

Por último hay que destacar que el maletero con dos filas de asientos es muy bueno, superior a 600 litros de capacidad, no muy lejos del nuevo Grand Scenic (645 litros, pero es 12 centímetros más largo) y muy superior al ya veterano Mazda 5, con 180 litros menos de maletero, pese a ser seis centímetros más largo.


Ecología 8/20

Las emisiones homologadas de 162 gramos de CO2 / kilómetro no son suficientemente bajas para beneficiarse del plan 2000E, y además superan por sólo dos décimas el tramo del impuesto de matriculación en el que se paga un 4’75%, por lo que el precio final del Verso 1.8 VVT-i se ve gravado con el 9’75% que deben pagar los coches que emiten entre 160 y 200 gr/km.


Valor de compra 6/20

¿Cuántos monovolúmenes con motor de gasolina ves por la calle? La verdad es que muy pocos porque carecen de sentido. Estos coches pesados y con desfavorable aerodinámica no son lo más conveniente para incorporar una mecánica de gasolina. Las ventajas de estos motores son que vibran menos y hacen un ruido menos molesto, pero esto sobre el papel, porque los modernos diésel han demostrado ser tan refinados o más en ocasiones.

Desde luego este con coche con este motor no merece la pena en absoluto, pero dejando de lado el motor y teniendo en cuenta que el Toyota Verso dispone en su gama de dos motores diésel de reconocidas virtudes, uno con 126 elásticos caballos y otro con 150 CV para quien busque una respuesta especialmente brillante.

Con estas mecánicas el Verso sí que es uno monovolumen interesante, aunque no me atrevería a recomendarlo por encima de los rivales franceses de Renault y Citroën, cuya interpretación del concepto familiar y cálido de un monovolumen, que creo que debe entenderse como el de un salón rodante donde convivir y disfrutar, me parece más convincente. Al Toyota Verso le pasa como al Volkswagen Touran. Ambos son irreprochables con el metro en la mano, pero les falta calidez. Por otro lado hay un competidor con menor maletero, igualmente sobrio de presentación y superado en ciertos aspectos de habitabilidad que es el Mazda 5, pero que sin embargo sigue defendiéndose dignamente en el mercado gracias a una característica importante; sus puertas traseras correderas.

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