En este sentido, tan de bajo perfil fue la visita del francés Todt a Shanghái el pasado fin de semana que muchos periodistas pensaron que había abandonado China el mismo sábado. Pero entonces, el francés apareció en la parrilla china el domingo para conceder -a regañadientes- algunas entrevistas y felicitar a su excompañero en Ferrari, Ross Brawn, por la victoria de Nico Rosberg.

Allí, finalmente Todt habló de Bahréin. Sobre la razón por la que el evento va a seguir adelante a pesar de las manifestaciones y protestas de parte del pueblo bahreiní, el galo respondió ante las cámaras de la RTL alemana: "Es una cita en el calendario y siempre estuvo programada".

"Ha habido mucha controversia al respecto, pero la FIA es una organización deportiva. Sólo estamos interesados en el deporte, no en política. Nuestra responsabilidad es que la gente pueda ir allí y ofrecer garantías de seguridad. Así será", insistió Todt.

Asimismo, el presidente de la Federación Internacional agregó: "Hemos hablado con representantes del gobierno, embajadas y países vecinos, así como con los ministerios de exteriores europeos. Hemos realizado un análisis con multitud de comprobaciones y está claro que el Gran Premio puede seguir adelante".

Para defender su posición, Todt recordó la celebración estos días de un torneo de golf en el emirato árabe. "Por un lado hay aspectos políticos desagradables, pero es lo mismo en todas las partes del mundo. Por otra parte, somos un deporte. Confiamos en que el próximo Gran Premio se desarrolle con el mismo éxito que éste en China", zanjó.

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