Una Fórmula 1 de cero grados. Sin alcohol y su publicidad. Sin excesos gráficos de bebidas alegres y espirituosas en los cockpits o pontones de los monoplazas. Una fantasía desagradable en el pasado que ante los nuevos tiempos que corren puede convertirse en una peligrosa realidad. Una inyección de dinero que sería desechada y propinaría un golpe casi devastador para escuderías como Williams, Force India, Sauber o McLaren.

Y es que hace no tanto Marlboro volaba de la mano del rojo Ferrari. El tabaco fue el primer discriminado. El alcohol, no está lejos de marcharse a una esquina castigado. El Presidente de la FIA, Jean Todt, está sufriendo la presión de la Unión Europea que tiene previsto prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas en todos los deportes.

Patrocinios de alcohol, tales como Johnnie Walker y Smirnoff, traen bajo el brazo un maletín plagado de rectángulos verdes, claves para el devenir de los equipos. Según The Telegraph, Martini está trayendo cerca de 13 millones de euros a Williams; y McLaren, aproximadamente 18 millones de euros por parte de Johnnie Walker. Force India, un equipo sumergido en los rumores de posibles problemas financieros, firmó un acuerdo con Smirnoff al comienzo de la temporada 2014. Liderando la causa está la Alianza Europea de Política de Alcohol (Eurocare). En una carta abierta a Todt, la secretaria general, Mariann Skar, argumenta que en el deporte existe una asociación entre el beber y conducir:

"Permitir patrocinio de alcohol en la F1 parece contradecir muchas directrices oficiales que regulan la comercialización de alcohol. Se ejecuta en contra de la directiva de la UE en la que los estados que comercializan el consumo de alcohol no debe estar vinculado a la conducción. Cuando se consideran las continuas causas destructivas de conducir ebrio, permitiendo los mensajes contradictorios que se presentan en el patrocinio del alcohol en la F1, parece incluso más inadecuado dada la audiencia total de 400 millones de euros", comentó Skar.

La carta abierta también responde al argumento de que la prohibición de patrocinio de alcohol tendría consecuencias financieras nefastas para las escuderías. De ser finalmente así, el Gran Circo tendrá que buscarse, una vez más, otra salida de emergencia. Con alguna escudería al borde del abismo, la noticia suena como un taladro a las 6 de la mañana.

"Estas preocupaciones son en gran medida injustificadas. Cuando la industria del tabaco salió del billar, de las carreras de caballos e incluso de la F1 en sí, los deportes hicieron cambios exitosos, surgiendo patrocinadores alternativos", finalizaba este escrito.