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En los últimos dos años el Grupo Volkswagen ha expandido su oferta de modelos 100% eléctricos gracias al impulso que ha dado la nueva plataforma MEB, base sobre la que han nacido los modelos ID.4 e ID.3 de Volkswagen, el Cupra Born o el Skoda Enyaq iV, este último presentado como el más grande y espacioso de esta camada aún siendo un primo cercano del Volkswagen ID.4.
Un modelo que ya nos convenció por su enfoque familiar gracias a su habitabilidad, sus acabados y una conducción confortable y refinada, cuando lo probamos con su versión 80. Sin embargo ahora tenemos ante nosotros la versión más deportiva y tope de gama del Enyaq -al menos en su carrocería estándar, ya que el Skoda Enyaq Coupé ya cuenta incluso con una versión RS-.
Hablamos del Skoda Enyaq Sportline que además de lucir un aspecto mucho más atractivo y agresivo y una puesta a punto más deportiva se acompaña aquí con la versión mecánica 80x, la más potente disponible con sus dos motores eléctricos para disfrutar de una tracción total y 265 CV eléctricos.
Skoda Enyaq - fotos
Un look más dinámico y agresivo.
Estéticamente las novedades que aporta este acabado deportivo son todo un acierto. Y eso que realmente no hay demasiadas piezas nuevas más allá de un paragolpes ligeramente rediseñado. Sin embargo Skoda juega con los colores para cambiar su apariencia y desde luego lo logra. Ahora los faldones inferiores, antes en color negro, se presentan en el mismo color de la carrocería, mientras que otras zonas como insignias y embellecedores lucen en color negro. Esto ya hace que visualmente el coche se vea más bajo de lo que parece -aunque lo cierto es que lo está también en la realidad por su chasis deportivo específico-, además de mucho más deportivo y agresivo acentuando aún más las tensionadas líneas propias del modelo de Skoda. Esta imagen aún más dinámica y rebajada ya hace que a simple vista parezca más un modelo a medio camino entre un familiar y un todocamino que a ese SUV de gran tamaño que uno puede imaginar visto en fotos.
Impactan también sus gigantescas llantas de 21 pulgadas "Betria" -opcionales- en color antracita metalizado. Sin embargo la parte que se roba el show aquí es la nueva parrilla iluminada que luce esta versión y que junto a las luces diurnas de los faros Matrix Full LED -de serie en esta versión- forman un todo que hará que este coche sorprenda allá por donde vaya cuando lo conduzcas por la noche y también a tus vecinos de garaje cuando entres con las luces encendidas.
¿Demasiado bueno para ser un Skoda?
Nada más sentarnos en el interior de este Enyaq algo llama sorprendentemente la atención más allá de su generoso espacio y es la notable calidad percibida que transmite, no solo a la vista, sino también al tacto. El salpicadero presenta unas formas muy modernas, con esa serie de superficies curvadas apiladas una encima de otra en el salpicadero. De hecho en todas ellas encontramos materiales de tacto muy agradable, sobre todo en las zonas superiores de salpicadero y puertas, donde encontramos plástico blando con un moderno relieve al cuero de color negro o plásticos más duros con acabado de fibra de carbono y embellecedores cromados. Incluso el nuevo volante multifunción de Skoda que ya convenció en el nuevo Skoda Fabia o el renovado Kodiaq por su excelente tacto, botones físicos y tapizado en cuero perforado también está presente aquí con un acabado especial con tres radios y la insignia Sportline. También son propios de esta versión sus asientos deportivos tapizados en microfibra Suedia y cuero oscuro con costuras blancas, con un mullido firme pero cómodo como para tirar millas con total confort, sus alfombrillas o los pedales en aluminio.
La conclusión es evidente y hasta chocante desde el primer momento. A pesar de tener mucho en común, la sensación de calidad -y funcionalidad- del interior Enyaq es notablemente superior a la de sus primos Volkswagen ID.3 e ID.4. Incluso pone en evidencia a algunos de sus hermanos, ya que pasar en un mismo día como fue mi caso de un Skoda Kodiaq RS a este su hermano eléctrico fue como pasar a montar en un coche del futuro -aunque en honor a la verdad el Enyaq es más reciente-. No solo se nota más moderno y todo el puesto de conducción parece abrazarte, sino que también te sientes con una posición más rebajada y deportiva, a pesar de que sigues yendo algo más levantado que en un compacto tradicional.
No obstante también hay pequeñas pegas, y de forma inesperada llegan en la parte tecnológica. La enorme y espectacular pantalla central de 13 pulgadas es la guinda al este moderno puesto de conducción pero personalmente su posición se me queda demasiado adelantada, lo cual si bien es perfecto para manejarla fácilmente hace que te obligue a desviar la mirada más de lo deseable. Quizás en gente más alta no existirá ese problema pero aquí no habría estado mal reorientar ligeramente la pantalla hacia el conductor, cómo sí hacen muy bien por cierto el Volkswagen ID.3 e ID.4. El otro inconveniente viene precisamente de un elemento compartido con estos dos modelos, y es la instrumentación digital, que con sus 5,3 pulgadas se aprecia demasiado pequeña y simple en su información. Como decimos es la misma que la de los modelos ID. de Volkswagen, solo que aquí ya no es una pantalla flotante anclada en la columna de dirección, sino que está incrustada en el salpicadero. Lo que no falta es un Head-Up display con la información esencial y un sistema de realidad aumentada que entra en acción en ciertos momentos para dibujar las curvas y otros datos en nuestro viaje.
El manejo del sistema de infoentretenimiento de nueva generación resulta al principio algo más confuso de manejar que otras versiones previas del Grupo VW, pero una vez acostumbrados vuelve a presumir de un alto grado de personalización y funciones. Eso sí también será totalmente necesario para manejar a través de él el climatizador, ya que no hay ya botones físicos dedicados para ello, sino solo un botón de acceso directo al mismo para ya ajustarlo todo por la pantalla táctil. En cualquier caso este es el único punto flaco a nivel de ergonomía, ya que el resto de botones, tanto del volante, como de las luces y ventanillas, son totalmente físicos a diferencia de los de los Volkswagen. Por supuesto estando ante un Skoda no faltan una buena cantidad de huecos para guardar objetos.
En la parte trasera como buen Skoda y gracias a su generosa batalla de 2,76 metros de largo podemos disfrutar de espacio generoso para dos adultos, aunque habrá que tener algo de cuidado con el acceso al quedar el marco de la puerta muy cerca. Ya sentados contamos con un palmo de distancia libre tanto para la cabeza como para las rodillas, además de tener bajo los asientos un ligero hueco para meter los pies. La plaza central también es aprovechable por tanto por altura libre como por la ausencia de túnel central y un asiento casi igual de cómodo -aunque más estrecho- que los de los lados, aunque su duro respaldo, que esconde un reposabrazos central desplegable, hará que prefieras no pasar demasiadas horas en ella.
A nivel de maletero contamos con un generoso espacio de 585 litros, ampliables a 1.710 si abatimos los asientos traseros que se presenta con formas muy regulares. Respecto al Skoda Kodiaq no contamos con la ventaja de poder adelantar o retrasar la banqueta de las filas traseras para adaptar el espacio a nuestro gusto, ni tampoco un segundo fondo más allá de un hueco en el que se guardan las tomas de carga pero si con contamos con diversas soluciones Simply Clever propias de la marca, como ganchos, una toma de corriente de 12v, pequeños compartimentos para dejar objetos, un rascador de hielo en el portón y una abertura que conecta con las plazas traseras tras el reposabrazos central.
Test de conducción del Skoda Enyaq Sportline 80x
Así pues esta versión Sportline luce un aspecto más atractivo y deportivo junto a al completo interior del Enyaq. Pero ese ADN deportivo llega también a la parte dinámica, ya que esta versión incluye un chasis deportivo con muelles y amortiguadores específicos que son los responsables de que el SUV eléctrico de Skoda no solo se sienta visualmente más cerca del suelo, sino que de hecho lo esté en realidad, concretamente 15 mm más rebajado delante y 10 mm detrás.
Esta mejorada puesta a punto, con esa carrocería más cerca del suelo, su rebajado centro de gravedad por la presencia de sus grandes baterías bajo el piso, sumadas a las ventajas de contar con una tracción total gracias a sus dos motores eléctricos hacen que este Enyaq gire muy plano y afronte cualquier curva con un excelente aplomo incluso a altas velocidades con un buen agarre. También me gusta y mucho su dirección, precisa y con un buen peso que va creciendo a medida que giras -mucho mejor que la de algunos de sus hermanos- mientras que el tacto del pedal del freno es bastante aceptable, ya que a pesar de ser un eléctrico, con sus habituales inconvenientes, se muestra bastante predecible.
El mejor ejemplo de estas buenas cualidades llegó cuando pasé a dejar el Skoda Kodiaq RS -cuya prueba tienes en el link- y recogí este Enyaq Sportline 80X, y me llevé una buena e inesperada sorpresa, demostrando ya en los primeros km con el eléctrico un comportamiento dinámico y sensaciones deportivas superiores a su hermano de combustión, también gracias a la gran aceleración que dan sus 265 CV disponibles en su totalidad desde el primer segundo, con un motor de 204 CV detrás y uno de 109 CV delante. Es un coche que se siente rápido, especialmente cuando pisas el pedal desde baja y media velocidad con un buen empuje que se muestra lineal y progresivo. No tendrá la capacidad de pegarte las tripas al asiento como en otros eléctricos más potentes, pero sí se muestra más que suficiente para cualquier situación cotidiana y también para sacarte alguna sonrisa. Cuando alcanzamos velocidades de autovía es cuando sí empieza a perder algo de fuelle aunque nada especialmente preocupante, de hecho su velocidad máxima se queda en unos 160 km/h.
En ciudad y carreteras reviradas se mueve con una gran agilidad, impropia de un coche que en realidad pesa la friolera de 2,1 toneladas, los cuales enmascara muy bien. No obstante en zonas urbanas sí se notan algo más de la cuenta las irregularidades de la calle, especialmente si esta está llena de badenes y bandas, incluso con la suspensión funcionando en su modo Confort. No llega a mostrarse seca, pero si buscas conducir de forma más relajada se mostrará algo más incómoda de lo esperado. Es parte del precio a pagar por tener una suspensión más firme, aunque seguramente prescindiendo de sus enormes llantas de 21 pulgadas esta sensación de confort mejore. En cualquier caso eso no quita que a nivel de insonorización por ejemplo este Enyaq demuestre que es uno de esos coches con los que hacer km sin problemas.
Además de contar con los habituales modos de conducción el Enyaq cuenta con un modo B de marcha con extra de retención más tres niveles distintos gestionables fácilmente mediante las levas al volante que nos permiten jugar mucho con la recuperación de energía en nuestro trayecto. Algo interesante para sacar todo el partido a su generosa batería de 77 kWh, una de las principales características de esta versión tope de gama del Enyaq que homologa 488 km. En nuestro caso tras una semana de uso en ciudad y autopista y realizando un buen viaje a la sierra hicimos unos 331 km para finalizar nuestra prueba dejando justo un 10% de batería restante, lo que significa, según el no siempre preciso ordenador de a bordo, que aún restaba una autonomía estimada de 46 km. Es decir que al menos podemos alcanzar los 400 km de autonomía real con este Enyaq, especialmente en ciudad donde su consumo se mantiene bastante contenido con cifras de 17-18 kWh sin muchos problemas, aunque se sigue quedando lejos de esa autonomía homologada. Con todo, si lo llevas de forma relajada su consumo en autopista, aunque el ordenador a veces asuste viendo caer a gran velocidad su previsión de autonomía, tampoco es especialmente alto, manteniendo cifras de 20-23 kWh. Al final tras nuestra prueba a fondo registramos una media de 18,9 kWh que desde luego se muestran bastante aceptables para un eléctrico con semejante nivel de espacio y peso y hacen que de hecho sea uno de esos eléctricos con los que es factible hacer viajes de media distancia sin muchos problemas ni sorpresas por su consumo en carretera. De hecho ni siquiera se queda muy lejos de las cifras que obtuvimos en la prueba con el Skoda Enyaq 80, su hermano con tracción solo trasera.
Respecto a su carga como sus otros hermanos de gama este 80X Sportline admite cargas de 11 kW en corriente alterna para hacer una carga completa en 8 horas o bien espectaculares cargas rápidas de hasta 125 kW disponibles en los modelos con esta batería de 77 kWh que permitirán pasar de un 0 a un 80% en solo 38 minutos.
Hablemos del precio
Como versión tope de gama de la gama Enyaq iV este 80X Sportline no es un coche eléctrico barato, aunque tampoco es tan caro para todo lo que ofrece y los descuentos que podemos aplicar. El precio oficial son unos 54.500 euros, aunque con las campañas de la marca se puede quedar en unos 48.900 euros a los que aún se podrían recortar los hasta 7.000 euros del plan MOVES III. El resultado sería un Enyaq iV 80X Sportline tope de gama por unos 41.900 euros, un precio al que eso sí habría que sumarle algunos de los opcionales que lleva nuestra unidad, como la pintura metalizada (750 euros), sus llantas de aleación de 21 pulgadas (1.400 euros), el techo solar panorámico (1.005 euros), el control dinámico del chasis (740 euros), la cámara 360º (360 euros) y los paquetes de equipamiento que uno le quiera añadir, en nuestro caso contaba también con el Pack Climatización XL que por 875 euros extra añade por ejemplo los asientos calefactables delanteros y traseros o la climatización en la fila de atrás, aunque como hemos podido ver, esta versión Sportline ya va muy equipada de serie.
En Conclusión
Con la gran cantidad de modelos SUV eléctricos que hay actualmente en el mercado entendemos que haya tantas opciones como factores a la hora de decantarse por uno. Pero no se puede negar que este Skoda Enyaq iV Sportline con su mecánica 80x es una propuesta muy equilibrada dentro de los eléctricos, porque ofrece todo el espacio y practicidad de un buen familiar, unos buenos acabados capaces de eclipsar incluso a sus primos ricos de Volkswagen ID. y un potente conjunto mecánico más que suficiente para el día a día tanto a nivel de prestaciones como de autonomía para incluso salir de viaje e incluso llegar a divertirnos, especialmente al acompañarlo con la puesta a punto más deportiva que trae esta versión Sportline que no renuncia al refinamiento y aplomo del resto de versiones. Todo ello acompañado de una imagen bastante agresiva y deportiva "made in Skoda", pero que tampoco desentona.
Es cierto que su propio hermano el Enyaq Coupé es capaz de ofrecer aún más prestaciones con su versión RS, y que en ese mismo campo tiene otras propuestas también interesantes como su primo el Volkswagen ID.4 GTX o el Ford Mustang Mach-e, pero este Enyaq apuesta por un mayor equilibrio entre practicidad, confort y prestaciones que seguramente muchos clientes valorarán más que la potencia bruta. Con todo si lo que buscas es la máxima autonomía y de paso ahorrar algo en el precio optar por la versión 80 con un solo motor parece lo más recomendable, aunque haya que conformarse con una potencia de 204 CV.
A favor: Acabados. Habitabilidad. Tacto y respuesta de la dirección. Estética exterior e interior.
En contra: Orientación y diseño de menús del sistema de infoentretenimiento. Instrumentación digital pequeña. Peso. Confort con llantas de 21 pulgadas.
