Han pasado 13 años desde que se lanzara la segunda generación del Fiat 500 en Turín como un acontecimiento nacional para todos los italianos. Ahora llega la tercera entrega y las circunstancias que vivimos han impedido que el 500 más vanguardista de la historia tuviera el recibimiento que merecía. En esta generación no habrá motores de combustión, solo eléctricos y aunque su aspecto es muy parecido al del anterior, es un coche completamente nuevo. ¿Ganas de descubirlo?
Eléctrico, urbano y... ¿retro?
Mide 6,1 centímetros más de largo, 5,6 más ancho y su batalla crece en 5,1 centímetros pero sus proporciones y su conseguido diseño siguen manteniendo su poderoso atractivo. Ahora está disponible en tres carrocerías, todas con las mismas medidas, el tres puertas de siempre, el “cabrio”, con un techo de lona plegable pero que no es un verdadero cabrio y el denominado 3+1, con una segunda puerta lateral de apertura inversa en el lado derecho para facilitar el acceso a las plazas traseras.
El espacio interior es ligeramente más amplio pero las diferencias no son espectaculares, el maletero tiene la misma capacidad, 185 litros, y la posición de conducción es algo más natural y permite una mejor adaptación gracias al volante regulable en altura y profundidad. En el interior se mantiene el estilo tecno-retro del anterior 500 pero con importantes cambios ya que ahora no hay palanca de cambios, solo unos interruptores, la instrumentación es digital y en función de los acabados tenemos un soporte para el smartphone (sin pantalla), un sistema con una pantalla de siete pulgadas o una de 10,25 compatible, en este caso compatible con los sistemas de Apple y Android.
Conectado a su tiempo
El sistema multimedia se puede activar por control vocal diciendo “Oye Fiat” pero no es tan evolucionado como otros sistemas actuales, capaces de reconocer órdenes dictadas de una forma natural y hay que utilizar ciertas frases determinadas. Otros detalles curiosos es que la apertura de las puertas, tanto desde fuera como desde dentro, se realiza mediante pulsadores eléctricos aunque en la parte baja de las puertas hay un tirador “tradicional” para una posible emergencia. El color del salpicadero y el tipo de tapizado de los asientos va asociado a cada uno de los tres acabados: Action, Passion e Icon por lo que no ofrecerá las mismas posibilidades de personalización que siempre han distinguido al 500.
El reparto de pesos es un 52% delante y un 48% detrás, un equilibrio excelente. Los responsables de Fiat aseguran que el 96% de las piezas son nuevas y entre esas que no solo son imaginamos que se encuentran pequeños detalles de piezas de interior y otras menos visibles, porque a pesar del parecido, todo parece diferente. La suspensión sigue siendo independiente delante, con un sistema McPherson y de eje torsional detrás y ahora puede montar llantas de hasta 17 pulgadas.
El motor eléctrico está disponible en dos niveles de potencia, asociados también a baterías de diferente capacidad. El de 95 caballos solo se ofrece con el acabado básico Action y una batería de 23,7 kWh que ofrece una autonomía 185 kilómetros. El más potente ofrece 118 caballos, su batería es de 42 kWh y la autonomía llega hasta los 320 kilòmetros. Los dos motores ofrecen el mismo par, 220 Newton/metros y la aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora es de 9,5 segundos con el menos potente y nueve en el más poderoso y equipado. Fiat anuncia un consumo de 14 kW/h con el motor más potente aunque del modelo de acceso todavía no hay cifras homologadas.
Como buen eléctrico las sensaciones al volante son siempre sorprendentes, sobre todo si tenemos en cuenta que las prestaciones del Fiat 500 y su aislamiento acústico no eran sus puntos fuertes… hasta ahora. Aunque los nueve segundos para pasar de 0 a 100 pueden parecer muchos, lo ciertos es que las reacciones en ciudad son tan vivas y divertidas que entusiasma y el sonido de rodadura es muy inferior al de la mayoría de los eléctricos de esta categoría que hemos conducido. Tiene tres programas de conducción, Normal, Range y Sherpa. En el segundo se incrementa la retención del freno motor para regenerar energía y hace innecesario utilizar el freno en cuento nos acostumbramos a esa gran retención.
En el modo Sherpa se ahorra energía al máximo y además de limitar la velocidad máxima a 80 km/h se desconectan elementos para reducir el consumo eléctrico, como la calefacción de los asientos, climatizador y otros dispositivos que el sistema considera “innecesarios”, aunque el conductor puede activarlos. Durante nuestra prueba por el centro de Madrid el tráfico fue especialmente complicado y regenerar algo de energía resultó imposible, con lo que obtuvimos un consumo alto, ya que la distancia que pudimos recorrer fue muy escasa para el tiempo que estuvimos al volante.
Las ayudas a la conducción se incrementan con respecto al anterior 500 el sistema de frenada de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones, mantenimiento de carril, control de ángulo muero y programa activo de velocidad capaz de frenar y reanudar la marcha en las retenciones.
Fiat 500 - fotos
Los precios arrancan en los 24.900 euros del menos potente en acabado Action y llegan a los 29.900 del Icon más potente, en cualquier caso sin descuentos ni ayuda estatales. El Cabrio supone un incremento de precio de 3.000 euros y el 3+1 de 2.000 a igualdad de motor y acabado. El acabado La Prima, en edición limitada y más lujoso, arranca en los 33.732 euros y solo con el motor más potente. Fiat ofrece planes para cada uno de los acabados con una entrada de unos 5.000 euros y mensualidades desde los 149 euros.
A favor: Estética con guiños al pasado. Nivel de confort mejorado. Prestaciones. Equipamiento tecnológico.
En contra: Mecánicas únicamente eléctricas. Incremento del precio. Maletero.
