- Se trata de la versión más prestacional del 4x4 inglés
- Viene acompañada de un V8 sobrealimentado de 5.0 litros
- Estará disponibles en carrocería corta y larga
Durante los últimos años hemos visto muchas preparaciones basadas en el Land Rover Defender original que procedían de distintos especializas, pero todas ellas giraban en torno a un mismo pilar y no es otro que la sustitución del motor original por todo un bloque V8. El fabricante automovilístico inglés no es ajeno a estas conversiones y por ello va a contentar a los seguidores del icónico 4x4 con una versión de altas prestaciones que acaba de ver la luz.
Elementos distintivos
Para distinguir al Defender más potente y capaz de todos los tiempos habrá que fijarse en una serie de elementos distintitos de esta versión V8. En este sentido, la marca británica ha introducido unos logotipos específicos, unos pilotos traseros oscurecidos y unas llantas de aleación de 22 pulgadas, acompañadas por unas pinzas de freno azules que muerden unos discos de nada menos que 508 milímetros de diámetro. Todo ello se complementa con cuatro salidas de escape inconfundibles. El cliente puede escoger entre tres colores –Santorini Black, Carpathian Grey y Yulong White–, con los dos últimos acompañados de un techo negro en contraste.
En el interior, el Defender V8 cuenta con asientos tapizados en cuero Windsor Ebony exclusivo con acentos Miko Suedecloth y Robustec, cada uno terminado con una etiqueta Ebony única, mientras que el salpicadero presenta un acabado específico en color negro. Otros detalles únicos incluyen un volante de cuatro radios que presenta un aro cubierto de Alcantara y unas levas de cambio cromadas, así como un pomo del cambio rematado en cuero y los umbrales de las puertas iluminados con la inscripción V8. El broche final viene con un sistema de infoentretenimiento Pivi Pro que se apoya en una pantalla táctil de 11,4 pulgadas.
Ocho cilindros al rescate
Pero, sin duda, la principal novedad de esta versión se esconde bajo el capó, donde descansa un propulsor V8 sobrealimentado de 5.0 litros que la marca utiliza en otros modelos como, por ejemplo el Range Rover Sport SVR. En esta ocasión, los ingenieros de Land Rover ha optado por una configuración que arroja sobre el asfalto un total de 525 caballos de potencia y un par máximo de 625 Nm. Toda esta energía es digerida por una caja de cambios automática de ocho velocidades que ha recibido una puesta a punto específica para poder lidiar con las nuevas cifras.
Uno de sus grandes aliados es un diferencial electrónico activo que se sitúa en el eje trasero y viene acompañado por un control de guiñada para mejorar el comportamiento dinámico del Defender. Los ingenieros también han realizado cambios en la suspensión, con un tarado específico para los muelles, amortiguadores, barras estabilizadores y silentblocks, mientras que el Terrain Response 2 ahora incluye un nuevo programa denominado ‘Dynamic’. Este afecta en la respuesta del motor y en el comportamiento de los amortiguadores adaptativos, en combinación con el reparto vectorial del par, el control de tracción y el citado control de guiñada, todos ellos con una configuración única para este modo de conducción.
Dos carrocerías disponibles
Con todo ello, el Land Rover Defender V8 es capaz de alcanzar los 100 km/h en 5,2 segundos y su velocidad máxima es de 240 km/h. No obstante, si el cliente se decanta por la versión 110, verá como pierde dos décimas para cubrir la maniobra del 0 a 100. Dicho esto, queda resuelta una de las incógnitas que se habían planteado y es que la marca británica finalmente ha decidido ofrecer esta versión de altas prestaciones con las dos carrocerías disponibles del todoterreno.
La firma ha anunciado que los precios del Defender V8 90 parten desde las 98.505 libras esterlinas (114.2700 euros al cambio), mientras que el Defender V8 110 hace lo propio desde las 101.150 £ (unos 117.340 €). Todavía no sabemos su fecha de llegada a los concesionarios españoles y su tarifa en nuestro mercado.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
